Con los datos recogidos en 701 masas superficiales y 105 subterráneas en el 2013, la Confederación Hidrográfica del Ebro comprueba una ligera mejora respecto a los niveles de los dos años anteriores que se habían visto afectados por una intensa sequía que condicionó el estado ecológico y químico de algunos tramos de río, embalses y lagos. El aumento de caudales circulantes del año a estudio aumentó la capacidad de dilución, disminuyendo en parte la presión de los vertidos existentes en la cuenca. En términos generales, por tanto, desde la CHE siguen destacando los problemas y presiones de la contaminación difusa y la presión histórica de determinados vertidos industriales. Por su parte, como positivo se hace referencia a los buenos resultados de las redes de control específico que mantiene el organismo de control de la cuenca para el seguimiento de la calidad de las aguas y donde se incluyen las masas de agua superficial destinadas posteriormente a abastecimiento de poblaciones que superan los 500 habitantes, en total 128 puntos, considerados todos este 2013 en buen estado y donde también se integran los tramos de especial protección, como los de interés piscícola, un total de 15 en toda la cuenca, en los que sólo se ha producido un incumplimiento.