Carmen V. F. fue ingresada ayer en prisión provisional sin fianza por el asesinato de su marido, Raimundo el quinqui Medrano, de un disparo en la cabeza. La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Calatayud apoyó a la Fiscalía, que veía un "riesgo de fuga evidente" en la mujer, ante la gravedad del delito que se le imputa. En cuanto al móvil de este, según apuntó el Tribunal Superior de Justicia de Aragón y confirmó el abogado de la mujer, Eduardo Estévez, podría responder a los "maltratos físicos y psicológicos" que declaró que sufría la asesina confesa a manos del fallecido.

La jueza citaba también entre los motivos del ingreso en prisión la situación familiar en la que ha quedado la imputada. Según el auto, su arraigo familiar "podría haberse visto afectado por los hechos, teniendo en cuenta que aunque tiene hijos, estos son comunes con la víctima y las normas que rigen las relaciones familiares de los mercheros (...), cuyas costumbres y reglas serían similares a las de la raza (sic) gitana, podrían determinar el rechazo de la imputada" por parte de su descendencia.

Según trascendió ayer, la pareja llevaba más de 30 años unida y tiene tres hijos, todos mayores de edad e independizados y residentes en Guadalajara, Madrid y Barcelona. Ninguno de ellos les acompañó a Calatayud, hace más de un año, a la casa del barrio de San Roque donde ocurrieron los hechos. Y en la que Carmen ocultó, en una leñera, el cadáver de su marido y la pistola antigua con la que le disparó.

La causa sigue bajo secreto de sumario, a falta de que los investigadores aten los últimos cabos, aunque la naturaleza de estos no ha trascendido.

Sí se sabe desde anteayer que fue la propia Carmen V. F. la que inició la investigación policial, al acudir el martes por la tarde a denunciar la desaparición de su marido, que teóricamente había salido de casa la mañana anterior y no había vuelto. Pero la Policía sospechó de ella, tras interrogar a los vecinos, ya que el hombre era casi ciego --por un accidente en la prisión de Alicante--, estaba enfermo de hipertensión y diabetes y nunca salía de la vivienda solo. Nadie le vio hacerlo el lunes por la mañana. La mujer acabó confesando que ella le mató.

Raimundo Medrano es un histórico delincuente, compañero de El Lute en el atraco a una farmacia madrileña, en 1965, en el que murió un vigilante y luego una niña, por una bala perdida en un posterior enfrentamiento con la Policía. Ambos fueron condenados a muerte, pero acabaron indultados.