"Es en la relación con uno mismo y con los demás donde surgen los conflictos, el sufrimiento, sea éste el que sea: ansiedad, tristeza, depresión... Es por tanto de vital importancia entender en profundidad la relación." Esta es una de las tesis que defienden María Ibáñez y Jesús Jiménez, que consideran un error común creer que las relaciones se basan en lo que mostramos, en lo que decimos.

¿Cómo se logra una relación armoniosa?

Según ambos expertos, para conseguirlo "deberíamos ser capaces de entendernos a nosotros mismos, y entonces podremos entender a los demás. Entonces tendremos el espacio mental necesario para ponernos del lado del otro y no en su contra cuando hay un conflicto. Sin embargo, es habitual que esto no suceda porque en las relaciones también surgen los conflictos psicológicos que están sin resolver, reprimidos bajo capas de pensamientos". Esto conduce -añaden- a relacionarse controlando, criticando, compitiendo, manipulando, mintiendo y, sobre todo, culpando, lo mostremos o no externamente. Paradójicamente, cuando se han destruido las relaciones actuando de esta manera, muchos se preguntan por qué no consiguen alcanzar la felicidad.

"No hemos venido al mundo a ser los mejores, sino a aprender a colaborar", aseguran.

Vivir aprendiendo

Sobre las relaciones humanas conversarán ambos profesionales el próximo miércoles 23 de diciembre en una clase de psicología práctica e introspección abierta a la participación que acogerá la sala general del Centro Pignatelli de Zaragoza. La sesión, comprendida dentro del ciclo de clases bajo el título ‘Vivir aprendiendo’, se desarrollará de 19.30 a 20.30 horas, está dirigida al público en general y el acceso será libre hasta completar el aforo.

Se trata de clases prácticas para las que no se necesita formación específica, y donde el objetivo es adquirir la orientación y las herramientas necesarias para abordar los conflictos y la vida cotidiana, desde un punto de vista psicológico.

A lo largo de su carrera profesional, ambos profesionales, Jesús Jiménez y María Ibáñez, han viajado por el mundo con la curiosidad de entender la vida y la mente humana. Sus investigaciones en diferentes países y los años ejerciendo como psicólogos clínicos les han permitido hablar con miles de personas, siendo testigos de sus preocupaciones, sus dificultades, sus alegrías y sus sufrimientos.

“Es sorprendente, y a veces doloroso, comprobar una y otra vez que la mayoría de las personas piensa que las dificultades psicológicas con las que se encuentran sólo les ocurren a ellos. Sin embargo, más allá de los conflictos psicológicos concretos, todos tienen preocupaciones personales similares: el temor por la situación económica, el miedo al futuro, a sentirse desvalorados, a la soledad; el miedo al fracaso, ira reprimida, el anhelo por relacionarse mejor con los demás y por sentirse queridos”, subrayan.

La verdadera revolución pendiente

Según ambos expertos, existe un gran desconocimiento de la vida interna de los seres humanos, tanto de sí mismos como de los demás, con la confusión y la incomprensión de la realidad que esto supone. De este modo, conciben la necesidad de conocerse profundamente a uno mismo para entender a los demás, lo que consideran la verdadera última frontera, una revolución todavía pendiente.