La celebración del patrón del Colegio de Abogados de Zaragoza, San Ivo, acostumbra a tener cierto cariz reivindicativo, pero este año ha coincidido con dos conflictos candentes con la DGA --la situación del turno de oficio y la privatización del Servicio de Atención a la Mujer--, y ayer ambos tuvieron un hueco en los festejos del colegio.

Así, en su turno de discursos, entre homenaje y homenaje, el decano, Antonio Morán, instó a la directora general de Justicia e Interior, Mariángeles Júlvez, a que se fijara en la pancarta de protesta por las condiciones del turno que presidía la sala. Y aludió a la mala situación del turno y también a la defensa de la asesoría a víctimas de violencia doméstica. El envite no llegó a más y de hecho Júlvez participó en los festejos posteriores, que se alargaron, según pudo contrastar este diario.

Aunque la situación del turno esté lejos de arreglarse --por los criterios y tarifas de pago o por el funcionamiento de la comisión que decide los beneficiarios de la justicia gratuita, por ejemplo--, al menos los letrados cobraron recientemente todo lo que se debía del año pasado, parte de lo cual estaba sin pagar.

En cuanto al SAM, el otro foco de conflicto, la DGA no ha confirmado aún si finalmente llegaron ofertas para hacerse cargo del mismo por correo. Ni qué pasará en el caso de que quede desierto.

Precisamente antes de ayer, las Cortes aprobaron por unanimidad una moción del PP para pedir al Gobierno que regule la colaboración con los colegios de abogados en todos los servicios de carácter social que prestan --asesoría a presos, inmigrantes, víctimas de violencia, etc.-- que evite estos conflictos periódicos.

Ayer al menos fue ocasión de celebrar la profesión, en un acto presidido por el decano y su junta, que contó con la asistencia del vicepresidente del Consejo General de la Abogacía Española, Carlos Fuentenebro, entre otras autoridades civiles.