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TRIBUNALES

Absuelto de robar la escopeta usada en el tiroteo de Torrero

Al acusado solo le incriminaba un testigo, que pertenecía a un clan rival. Una condena hubiera sido clave para el el juicio por la reyerta

Absuelto de robar la escopeta usada en el tiroteo de Torrero

Uno de los presuntos participantes en el tiroteo ocurrido en el barrio zaragozano de Torrero, en diciembre del 2014, entre dos clanes familiares, llegará algo más tranquilo al juicio que está pendiente de celebrarse por la reyerta. El hombre, J. J. J. R., ha sido absuelto de robar el arma utilizada en el suceso, e incluso de llevarla encima. La jueza, Milagros Rubio, destaca que no hay pruebas de que fuera él el ladrón, y el único testimonio que le señala como el que la llevaba en la riña es el de un miembro del clan rival, por lo que no se le puede dar la credibilidad suficiente para condenar.

Así, lo único que la juez da por probado es que el arma fue robada, entre finales de febrero y principios de marzo del 2013, de casa de su propietario. Le sustrajeron otros objetos, entrando por la azotea, como otro arma (una carabina), munición real y de fogueo, un alfanje árabe, cadenas de plata y otras joyas.

También da por probado que la escopeta se usó en el tiroteo de la calle Lasierra Purroy, y allí fue encontrada, en el suelo. El acusado participó en la riña, pero ningún testigo objetivo le vio con el arma en ristre.

NO HAY INDICIOS

A partir de aquí, como señalaba el abogado del hombre, Juanjo Serra, no hay indicios de la participación del acusado, ni en el robo --donde solo se halló una huella, y no era suya-- ni en la receptación, como portador del arma. Según repasa la titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Zaragoza, aún en el caso de que se diera por probado que llevaba la escopeta, no bastaría para dar por probado que la robó, dado que pasó más de un año desde que fue sustraída hasta que ocurrió el tiroteo.

Pero es que eso tampoco está probado, por el citado testimonio puesto en duda y contradicho por el acusado, que aseguró durante la investigación que el arma la llevaba un miembro del otro bando. La jueza recuerda además que si la hubiera disparado él lo lógico sería que se la hubiera llevado para limpiarle las huellas --no estaba allí cuando llegó la Policía--, no que la tirase en el suelo. En cualquier caso, el análisis de huellas que consta que se le practicó al arma no se aportó, sin embargo, a este proceso judicial.

La jueza recuerda que una condena hubiera sido clave para el proceso por la reyerta, lo cual es otro motivo para arrojar dudas sobre el testimonio del rival. Este segundo juicio aún está pendiente de señalamiento pero todo parece indicar que será por amenazas graves, y no por tentativa de homicidio.

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