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teRUEL 3 SUCEDIÓ EN FEBRERO DEL 2015

Declarados culpables los acusados del crimen de Fuentes Claras

Las acusaciones piden penas para los dos que suman 28 años de prisión

Declarados culpables los acusados del crimen de Fuentes Claras

El jurado popular declaró ayer culpables de homicidio, robo en casa habitada y pertenencia a organización criminal a Rachid Lioumouri y El Fatmi Chafnaje, los inmigrantes marroquís juzgados en la Audiencia de Teruel por la muerte violenta del comerciante Luis Esteban Zorraquino, en febrero del 2015, en el pueblo de Fuentes Claras.

La Fiscalía y el acusador particular Clemente Peribáñez solicitaron, a la vista de las conclusiones del jurado, que se les apliquen penas que totalizan 28 años de cárcel en su rango máximo.

«La condena ha sido recibida con tranquilidad y satisfacción por mis representados», subrayó Peribáñez al término de la lectura del veredicto, que se produjo ayer tras la celebración de tres sesiones de vista oral.

El formulario del veredicto fue entregado a los jurados en la tarde del miércoles, pero al no alcanzar un acuerdo ese mismo día, ayer se reanudaron las deliberaciones, que concluyeron a media tarde.

El crimen se produjo el 22 de febrero de 2015 y causó una gran conmoción en la zona por el temor a los robos en el mundo rural, después de que encontraran al comerciante turolense maniatado en su casa y con signos de haber sido golpeado con violencia hasta provocar su muerte.

Los autores del crimen habían sustraído además una caja fuerte en la que se estima que habría 200.000 euros.

EL ROBO // La Fiscalía consideraba que la idea del robo fue de El Fatmi, vecino de la víctima y cuya mujer había trabajado como limpiadora algunos días en la casa de la víctima.

Por la investigación realizada por la Guardia Civil y las declaraciones de los implicados durante la instrucción, la mujer le habría comentado a su marido que en la casa del comerciante había una caja fuerte en la que podría haber una importante cantidad de dinero y El Fatmi se habría puesto en contacto con Rachid, que vivía en Zaragoza para proponerle el robo y este habría buscado dos cómplices.

Los autores materiales del robo se vieron sorprendidos por la víctima antes de lo previsto, y le habrían golpeado para conseguir que les dijera la clave de la caja fuerte, hasta matarle por los golpes en la cabeza.

Entre las pruebas determinantes que se presentaron durante el juicio se encuentra el estudio de las llamadas telefónicas realizadas por los implicados el día de los hechos y en los anteriores y posteriores. También están las muestras recogidas en la puerta de la casa de la víctima y el ADN encontrado en las uñas del comerciante y que se presume de que fue fruto del forcejeo ocasionado.

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