Antonio Miguel Grimal Marco tiene por costumbre, al igual que muchos ciudadanos, el hecho de salir a comer y cenar de restaurante. Sin embargo, este zaragozano se diferencia del resto porque suele marcharse de los establecimientos sin pagar la cuenta. En su haber delictivo cuenta con tres sentencias condenatorias por llevar a cabo esta práctica y ayer volvió a ser acusado por lo mismo.

Sus antecedentes hicieron que tuviera que responder de dos nuevos simpa ante la Audiencia Provincial de Zaragoza, que no es el órgano competente en juzgar delitos leves de estafa (aquellos cuya cuantía no supera los 400 euros). En un intervalo de media hora tuvo que responder ante la Sección Primera y Sección Sexta de este tribunal provincial.

Inicialmente se enfrentaba a penas de hasta tres años de prisión por dejar a deber 400 euros en el restaurante del hotel perteneciente a la cadena NH y en el establecimiento El Real. Una solicitud de la Fiscalía que rápidamente tuvo que rebajar a una pena de 270 euros por cada uno de los hechos, después de la última doctrina del Tribunal Supremo en la que se señala que que cuando se trata de delitos leves no se puede aplicar la agravante de reincidencia porque habría condenas desproprocionadas.