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alternativas propuestas

1 Vallas perimetrales o accesibilidad total 2 Implantar un único sentido de circulación 5 El puente de Piedra, solo para peatones

La peatonalización del Puente de Piedra ha sido desde hace años el eterno debate político condenado al fracaso por la presión vecinal de los barrios ubicados en la margen izquierda del Ebro. Esta es la principal vía de entrada al centro, la más directa y sin dar rodeos por los puentes de Santiago o de Hierro. El informe de Infraestructuras plantea eliminar el tránsito rodado por el de Piedra como una de las «posibles actuaciones» pero no se pronuncia sobre su conveniencia o si es lo más recomendable, como sí hicieron en su día desde Movilidad. En este caso, esta opción supondría una traición de ZeC a la margen izquierda, a la que prometió, en las obras de Don Jaime I, no impedir el paso de buses y taxis.

Convertir al paseo Echegaray como una calzada de sentido único no es una ambición nueva en Zaragoza. Ya lo pretendió el Gobierno socialista durante la planificación del Plan de Riberas diseñado con obras de acompañamiento a la Expo del 2008. Se trataba de que la circulación solo pudiera ir en dirección al puente de Hierro. De hecho, es exactamente el diseño que ahora tiene la vía que avanza en paralelo en la margen izquierda del río -desde Vadorrey hasta La Chimenea solo se puede ir en una sola dirección-, pero en su día se descartó y hoy representaría un problema para los más de 6.400 vehículos diarios que utilizan el sentido que se suprimiría. Aunque es cierto que el que seguiría abierto, y que ahora tiene dos carriles, registra 18.000 al día.

La primera alternativa de seguridad que se propone desde el área de Infraestructuras es la de la «implantación de vallas perimetrales a las aceras actuales que reconduzcan a los pasos peatonales existentes». Una solución rápida a los problemas en los giros desde el puente de Piedra que impida al peatón acortar fuera de los pasos de cebra. Se colocarían justo en las esquinas de la actual intersección aunque la acera y la calzada estuvieran en la misma rasante. Sin embargo, esto colisiona con la filosofía de la accesibilidad total que, como se da en la calle Don Jaime, los viandantes pueden cruzar el vial por cualquier parte porque solo hay pilones metálicos que sortear. En este caso, eso no aportaría seguridad.

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