El Plan de adicciones 2018-2024 del Gobierno de Aragón contemplará el tratamiento de las dependencias comportamentales, es decir, las que no llevan aparejado el consumo de una sustancia determinada, sino un hábito asociado a una práctica el juego, tanto presencial como en línea, o el uso de las nuevas tecnologías. Se trata de una de las novedades principales de este documento, presentado ayer, y que nace con «vocación continuista» respecto al anterior, como explicó ayer el director general de Salud Pública del Ejecutivo autonómico, Francisco Javier Falo.

La inclusión en el plan de este tipo de adicciones a las nuevas tecnologías y el juego responde a un hecho constatado en los últimos años: según relató Falo, este consumo «se ha hecho fuerte» entre los adolescentes, con unos datos que revelan que el 10% de los estudiantes manifiesta haber jugado alguna vez dinero en internet a lo largo del año y uno de cada cuatro en formatos presenciales como las casas de apuestas. Además, en lo que se refiere a internet y nuevas tecnologías, el 47,5% de los alumnos reconoce que desde su entorno les han recomendado alguna vez estar menos tiempo conectados. De esta manera, esperó que durante los próximos meses incorporen una cartera de servicios relativa a este tipo de dependencia a la red pública de asistencia.

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Sobre el aspecto del juego, el jefe del Servicio de Promoción de Salud Pública, Luis Gascón, vio necesaria la mejora y la extensión de las inspecciones en los locales para así impedir la práctica en menores. Falo, sobre el aumento en las encuestas de las apuestas presenciales, consideró como probable que se deba a dos causas: «El incremento de la presencia de locales de juego y de una presión publicitaria que calificaría de impresentable. No nos lo deberíamos permitir», aseveró.

Durante la presentación, el director general también desgranó los datos en los que se han basado para trazar el nuevo plan, publicados en abril del año pasado y extraídos de las últimas encuestas Estudes (entre el alumnado de secundaria) y Edades (para la población en general de 15 a 64 años).

Al respecto, cabe destacar que el alcohol es la sustancia más consumida en Aragón, tanto en jóvenes como en adultos, aunque con una «reducción importante», especialmente en los jóvenes, en lo que se refiere a los atracones o borracheras en los últimos 30 días, pues la práctica retrocede 14,5 puntos porcentuales si se comparan los datos del año 2010, del 40%, con los del 2016, del 25,5%.

El tabaco es la siguiente sustancia más consumida en la comunidad, aunque se aprecia un descenso de unos diez puntos derivado de la aplicación de la ley antitabaco del 2010. Así, la prevalencia de su consumo en los últimos 30 días bajó del 39,8% en el 2012 al 29,8% en el 2016 entre los jóvenes. Precisamente, entre los estudiantes, el consumo diario se sitúa en su cifra más baja (11,8%). En adultos, la prevalencia descendió del 39,4% en el 2009 al 30,9% en el 2015. No obstante, la encuesta del 2017 parece indicar un cambio de tendencia.

En cuanto al cannabis, tercero en la lista y la primera sustancia ilegal, se constata una tendencia decreciente en los escolares de secundaria aragoneses, del 21,7% en el 2010 al 17,9% en el 2016, de manera que se sitúa por primera vez por debajo de la media nacional. Mientras, los datos referidos a los adultos apuntan a la estabilización de su consumo.

Sobre los hipnosedantes, cabe destacar que se constata un aumento desde el año 2010, tanto en adultos como en jóvenes. Así, la prevalencia de consumo durante los últimos 12 meses en ambos casos se sitúa alrededor del 10%. Acerca de otras drogas, como la cocaína o las anfetaminas, Falo indicó que sus prevalencias «son muy bajas desde el punto de vista estadístico», por debajo del 5%, por lo que no ofrecen datos fiables.

Sobre la percepción de riesgo y la información sobre las drogas, más del 70% de los jóvenes escolarizados en Aragón se sienten suficiente o perfectamente informados, el 90% admite haber recibido información en su centro educativo y el 72,3% en el ámbito familiar. En cuanto a la percepción de riesgo, en lo referido a heroína, cocaína, anfetaminas o alucinógenos supera el 95% y es del 90% para los consumos diario de tabaco o habitual de cannabis o hipnosedantes. Este parámetro baja hasta el 50% por ingesta de alcohol y consumo ocasional de cannabis.