La reintroducción de osos en la cordillera pirenaica sigue provocando conflictos por la difícil convivencia de la especie con la actividad ganadera y el rechazo de buena parte de la población. Un ejemplo de esta realidad es que en la madrugada del 12 de junio se registró un nuevo ataque de la osa Sarousse en la zona de La Ribagorza, concretamente al norte de la localidad de Campo de forma que el ganadero afectado perdió una de sus ovejas.

La situación repitió el esquema de agresiones anteriores. Tras el aviso del ganadero, la patrulla del Gobierno de Aragón encargada de la vigilancia de los osos confirmó los hechos este miércoles y, según el sistema de plantillas que utilizan para identificar las huellas de los plantígrados, todo parece indicar que el ataque ha sido obra de esta osa reintroducida por Francia en el 2006.

Desde la DGA recordaron que la patrulla oso está en constante contacto con los ganaderos y apelaron a la necesidad de «extremar la precaución en la zonas donde está confirmada la presencia de este animal». En la comarca de La Ribagorza se estima que viven unos cuarenta ejemplares.

RECHAZO ARAGONÉS

El rechazo de las autoridades aragonesas a estos programas ecológicos ha permitido «tomar medidas» para mitigar los daños derivados de la presencia del oso y el lobo en la comunidad, pues consideran que han llegado por la acción de otras administraciones. La más importante es un sistema de ayudas pionero que supone la compensación económica a los ganaderos de los costes adicionales derivados de la presencia de este tipo de fauna silvestre.

Las subvenciones se aplican con independencia de los ataques e incluyen, además, la implantación de medidas de autoprotección en sus explotaciones ganaderas. La convocatoria del año pasado estuvo dotada con 500.000 euros y 80 ganaderos se beneficiaron de ella. Actualmente, el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad trabaja en una segunda convocatoria que hará publica próximamente.

Además, la gestión en el ámbito de actuación aragonés se apoya en el refuerzo de las patrullas de vigilancia en la zona osera, en el apoyo a los ganaderos que ocupan pastos en zonas de presencia de oso, ayuda al reagrupamiento de rebaños en casos de ataque, elaboración de informes previos de peritaje.

De igual forma, se ha duplicado el esfuerzo en las cámaras de fototrampeo pasando de 15 a 30 dispositivos operativos.