Una adolescente denunció ayer a su padre por los presuntos tocamientos que le hizo en un hotel zaragozano, en el que pasaron la noche de anteayer como parada en su ruta desde San Sebastián a Castellón. La joven, de 14 años, formalizó su denuncia ante la Policía, pero el hombre, puesto a disposición judicial ayer, quedó en libertad sin ningún tipo de medida cautelar de alejamiento hacia ella.

Padre e hija habían viajado desde la capital guipuzcoana hacia Castellón, para recoger a la hermana pequeña de un campamento. Hicieron una parada en Zaragoza, en la que se dispusieron a pasar la noche en un hotel de La Almozara.

Según el testimonio de la menor, su padre, que había bebido varias cervezas durante la tarde, se acostó en la misma cama que ella en la habitación, que solo tenía una. Pero durante la noche, pese a que ella se tapaba con la sábana, la destapó varias veces, sobre las 3.00 horas.

Al final se quedó dormida, pero se despertó al notar cómo su padre le estaba tocando en la zona de los genitales. Atemorizada, le apartó y esperó a que se quedase dormido. Hizo como que se levantaba para ir al baño y bajó a recepción, donde explicó lo que le acababa de pasar. El recepcionista le indicó que esperase allí y llamó a la Policía para que se hiciera cargo del asunto.

El padre bajó a las 7.00 horas a la recepción, preguntando por su hija, a la que no veía en la habitación, y entonces fue arrestado por los agentes que habían sido avisados por el recepcionista. Mientras, la madre de la menor, que se había quedado en San Sebastián para el viaje, llegó a la capital aragonesa y acompañó a la joven en la formalización de su denuncia ante la Policía, antes de poder ir a buscar a la hermana pequeña y poder regresar a la casa familiar, al País Vasco.

RECEPCIÓN

El relato de la menor fue ratificado en el juzgado por el recepcionista del hotel, en la parte que él había podido ver, ya que lógicamente no fue testigo de los hechos denunciados, más allá de confirmar la agitación de la menor.

Mientras, el detenido, identificado con las iniciales M. G. S., de 44 años, fue trasladado ayer por la tarde de los calabozos policiales a la Ciudad de la Justicia, para prestar declaración. En el Juzgado de lo Penal número 4, en funciones de guardia ayer, y asistido por el letrado Alberto Peiró, afirmó que no recordaba nada de lo ocurrido durante la noche, y confirmó que había bebido.

Tras escuchar el relato de la menor y el acusado, este fue puesto en libertad, como había solicitado el abogado defensor, sin ningún tipo de medida de alejamiento ni retirada temporal de la tutela respecto a su hija, ni tampoco comparecencias periódicas en el juzgado. Tras ser recogido por un familiar, pudo abandonar la capital aragonesa en espera de que continúe el proceso judicial.

Los abusos sexuales a menores de 16 años de esta naturaleza se castigan con hasta seis años de prisión, agravados entre otras circunstancias por la relación de superioridad que da el parentesco u otro tipo de ascendiente sobre la víctima.