Forestalia quiere convertir a la provincia de Teruel en un maná de las energías renovables y suplir así el vacío económico y laboral que está dejando el carbón por el cierre de la térmica de Andorra, previsto para junio del 2020. La empresa aragonesa proyecta desarrollar 3.000 megavatios (MW) de energías renovables en 50 municipios de esta provincia para construir un total de 66 parques eólicos y fotovoltaicos en los próximos cuatro años. La inversión se estima que superará los 2.400 millones de euros y la generación del empleo llegaría a los 12.000 puestos directos e indirectos durante los años de construcción y a más de 450 puestos de trabajo en la explotación.

Así lo anunció ayer en un acto en Teruel -acompañado por el presidente de Aragón, Javier Lambán- el presidente de la compañía, Fernando Samper, que se ha convertido en los últimos años en uno de los principales referentes en la promoción de energías verdes en España tras dar el campanazo en las subastas renovables del Gobierno central del 2016 y 2017, en las que se adjudicó 1.924 MW (1.500 eólicos, 316 fotovoltaicos y 108 de biomasa). Fue el campeón de esas pujas, tras imponerse por sorpresa a la grandes eléctricas españolas.

En concreto, Forestalia tiene previsto desarrollar una cartera de 34 parques fotovoltaicos y 32 eólicos en la provincia de Teruel, que suman respectivamente 1.640 y 1.300 MW. La previsión de ingresos en el territorio gracias a estos proyectos sería de más de 408 millones en 30 años, mediante impuestos municipales y alquiler de terrenos.

La compañía cuenta además con otra importante inversión en Andorra, donde quiere instalar una planta de producción de pellets que aspira a ser la mayor de España, con una capacidad de 200.000 toneladas anuales. Este centro creará 60 empleos directos en la planta, y más de 350 en explotaciones forestales, acopio y logística de la biomasa. Forestalia ya dispone actualmente de dos plantas de de este tipo, ubicadas en Erla y en Huerta de Rey.

UN MODELO SOLIDARIO

Este anuncio se acompaña de un nuevo modelo creado en Teruel por el que el establecimiento e implantación de parques de renovables que promueven empresas privadas se haga en terrenos municipales. Los ayuntamientos verán generar y transformar en la misma provincia la materia prima, lo que genera puestos de trabajo durante y después de su instalación, ya que el objetivo es reinvertir los beneficios para crear nuevos nichos de empleo.

Este modelo, inexistente hasta ahora, aglutina en un primer momento a 42 municipios (el 18% de la provincia) en cuatro asociaciones: en marcha está Viento Alto, que agrupa a 11 localidades; en trámite, Altiplano (9) y Majalinos (12); y en proyecto, Mudéjar (9). En estas iniciativas intervienen empresas como Samca, Galaxy, Forestalia, Endesa, Cobra, Energías Renovables de Teruel o Renomar.

Uno de sus fines es actuar de forma solidaria y conjunta para la tramitación de los expedientes de autorización y socializar parte de los ingresos, a través de un fondo común, en beneficio de los ayuntamientos, independientemente del número de molinos o placas instaladas en sus términos. Una vez instalada la actividad que genere ingresos a las arcas municipales, por alquiler y los correspondientes impuestos, será posible la generación de empleo, preferentemente femenino, y la actividad económica, a través de fórmulas empresariales (pymes con formula público-privada y gestión profesional).

VISTO BUENO DE MADRID

La DGA asegura que este modelo ya ha recibido el visto bueno del Ministerio para la Transición Ecológica y lo ha tramitado, una vez que una de las asociaciones también se realiza con el municipio de Morella, en la provincia vecina de Castellón. La producción energética trasciende así el ámbito de la propia región, lo que precisa la tramitación ministerial.

Samper destacó la apuesta de la empresa por invertir en la llamada España Vaciada, mientras que Lambán aplaudió la iniciativa de Forestalia y animó a hacer de los proyectos «capacidades a potenciar, en lugar de quedarse en la melancolía de la queja permanente».