La empresa aragonesa Casalé ha tenido una función clave en la obra del Mercado Central. El primer paso de una reforma es su correspondiente demolición, por lo que Casalé, gestora de residuos de la construcción, entró en acción. Se encargó de la deconstrucción de los puestos de venta, soleras, cerramientos, instalaciones de bodega y cubierta del edificio, un trabajo complejo por el deficiente estado de la estructura, que lograron realizar con éxito gracias a la profesionalidad que caracteriza a la compañía, como explica el Gerente y Director general de la organización, Jesús Casalé, quien añade que ha sido un gran honor participar en este proyecto por ser una obra emblemática en Zaragoza «Y demostrar así la capacidad de gestión y trabajo del equipo de Casalé», concluye. La deconstrucción permitió la clasificación en obra de los diferentes residuos para su posterior traslado a la Planta de gestión sita en el Parque Tecnológico de Reciclado en la Cartuja, propiedad de Casalé Gestión de Residuos, SL, para ser reciclados.

La empresa fue pionera en la gestión de residuos en Aragón. En el año 2004, sin existir aún la regulación específica en materia de residuos de construcción y demolición, obtuvo la primera autorización para valorizar estos residuos. No resultó fácil, pero no fue impedimento para que Casalé siguiese apostando por la mejora del medioambiente a través del reciclado. De hecho, Casalé recicla unas 100.000 toneladas al año, contando con una ratio de valorización medio del 99,96% de todos los residuos que llegan a su planta de gestión y fabricación, evitando así la eliminación, es decir, el enterramiento del material.

En este camino por la sostenibilidad y la responsabilidad social, Casalé ha dado un paso más con la fabricación de megalito, un bloque macizo prefabricado de hormigón con árido 100% reciclado, cerrando así el círculo de la economía circular. «A los aragoneses les gustará saber que con los residuos que retiramos del Mercado Central se fabricaron unos cuantos megalitos que ahora están colocados por las calles de Zaragoza a modo de mobiliario urbano», expone Casalé.

Evitar el impacto ambiental asociado a la extracción de áridos naturales, evitar grandes emisiones de CO2 a la atmósfera, así como el impacto asociado a la eliminación de residuos en vertedero, múltiples aplicaciones, poseer un carácter móvil al no necesitar ligantes, ostentar una buena capacidad como aislante, son algunas de las grandes ventajas que presenta este producto, por el cual Casalé ha obtenido el Galardón de oro en el I Congreso Internacional de Reciclaje de RCDs.

La compañía, en evolución continua, ha integrado en su estrategia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Colaborando en diversos proyectos, estudios y programas sobre economía circular ha desarrollado además un Plan de Responsabilidad social y un Plan de Empresa saludable. Casalé, una compañía de 25 empleados reconocida a nivel mundial. Una empresa que supo entrever el futuro y ser pionera en Aragón en materia de sostenibilidad, generando un impacto positivo en el medioambiente y en la sociedad aragonesa.