Solo acariciar la libertad... y regresar a la fase 2. Con aforos limitados, sin poder estar en la barra del bar, con los parques cerrados y la principal actividad económica, la frutícola, sosteniendo el aliento en un momento clave de la campaña. Las comarcas del Bajo Cinca, Cinca Medio y La Litera han vuelto casi a la casilla de salida 24 horas después de que toda España accediera a la llamada «nueva normalidad». Y por algo se le ha dado ese nombre, aunque «parece que a algunos se les había olvidado que el virus sigue aquí», comentó el alcalde de Zaidín, Marco Ibarz. La «nueva normalidad» requiere el uso correcto de mascarillas, mantener la distancia de seguridad y tener presente que el coronavirus, que se ha llevado casi mil vidas en Aragón y 30.000 en España, sigue en las calles.

«Hay gente que no respeta las normas, van por la calle sin mascarilla y en grupo, y sientes una impotencia total», afirma Ana Seco, vecina de Zaidín desde hace diez años, y que no podrá ahora ir a ver a sus padres, residentes en Cataluña. «Desde febrero no vamos, y a ver cómo les explico a mis hijos que, justo la semana que íbamos por fin a ver a los abuelos, no podemos», lamentó.

También el propio alcalde de Zaidín y presidente de la comarca del Bajo Cinca, Ibarz, recordó que el domingo por la noche, cuando ya se conocía la existencia del brote en la localidad, había cerca de 200 personas en la plaza, muchas sin mascarilla. «Me puse a echarles la bronca y algunos se dispersaron, otros se pusieron las mascarillas... pero falta concienciación», lamentó. «Cuando empezó la campaña, hace mes y medio, durante dos semanas estuvimos desinfectando las calles y decretamos el cierre de comercios a las 15.00 horas para que la gente, vecinos y temporeros, no salieran a la calle y evitar así un rebrote que pensamos que podía llegar al recibir a trabajadores procedentes de otras comunidades. Pero con la fase 3 y la casi libertad total, no se ha podido controlar la actuación de cada uno», reconoce.

Ahora, tienen preparado el pabellón municipal, por si fuera necesario aislar los casos positivos, con 12 camas. De momento, aseguraron desde la empresa Frutas La Espesa, todos los contagiados se han podido aislar en sus casas y no ha sido necesario por el momento recurrir a este espacio.

En Fraga, la capital comarcal, este martes se vota en el pleno una modificación presupuestaria de 200.000 euros como subvención nominativa para Cruz Roja para la puesta en marcha de un segundo pabellón, destinado a aquellos temporeros que duermen en la calle. «Tenemos las instalaciones listas desde el 13 de mayo, pero como ayuntamiento no tenemos competencias de Servicios Sociales y la burocracia nos ha traído hasta aquí, porque hemos tenido que solicitar la asunción de una competencia impropia para actuar», resume la alcaldesa de Fraga, Carmen Costa. «Ha sido un mazazo para todos; es muy doloroso. Porque el ayuntamiento ha trabajado desde el primer día y se ha hecho lo indecible para no estar en estas circunstancias, pero esto arrastra a todo el tejido empresarial de Fraga», lamentó.

Solo en el Bajo Cinca se calcula que han llegado 15.000 temporeros a trabajar en la campaña, más de 7.000 en Fraga, pero las autoridades insisten en que se desconoce el origen del foco de Zaidín, en una zona muy próxima geográficamente y socialmente a Binéfar, donde ya se vivió un brote en los mataderos.

«Es para echarse a llorar», afirma uno de los alguaciles de Zaidín, Enrique Sánchez, al regresar de poner el candado en el cementerio «porque otra vez volvemos a funerales con solo 12 personas». «Es primordial controlar el brote, que hagan todos los test. Y tener en cuenta que si unos cumplimos, pero otros no, todos pagamos las consecuencias. Con el turismo y sin control sanitario, puede volver a ocurrir», lamentó.

EN PRIMERA PERSONA

Natalia Rastrojo (Zaidín): «Esperábamos que pudiera pasar. Y aunque las empresas han puesto medidas, es difícil con tanto movimiento de gente»

José Luis Martín (Zaidín): «Hemos quitado los taburetes porque ya no se puede estar en la barra. Esperemos que esto dure solo unos días»

Omar Balde (Murcia): «Tuvimos que pedir certificado de desplazamiento con contrato de trabajo para poder venir. Esto también nos asusta»

Ana Seco (Zaidín): «Hemos hecho lo que nos han pedido desde el minuto 1, y ahora no podemos ir a ver a nuestros familiares. Es muy duro»

Blas San Viçen (Zaidín): «Somos los únicos que vamos para atrás. Pensábamos que nos librábamos, pero hay gente que no ha hecho las cosas bien»