De izquierda a derecha, Marisa Fernández (gerente del Zinnae), Lucía Soriano (gerente del CITA), María Dolores Fornals (directora del IAA) y María Dolores Pascual (presidenta de la CHE).

Aragón es, desde el Pirineo hasta Javalambre, una tierra que evoca al agua. La raíz etimológica ‘ara’ viene a significar, en lengua celta, ‘curso de agua’, y la Ronda de Boltaña definió de manera muy cierta la comunidad cuando cantaron aquello de «Somos un pueblo de agua en un seco país...»

El agua es en la comunidad aragonesa un eje central del debate público, y por ello es una constante de las agendas política y social. Además, las continuas avenidas e inundaciones de los ríos copan los diarios año tras año.

Por su importancia en los diversos ámbitos de la actualidad y la historia aragonesa, y como uno de los temas centrales que aborda la Agenda 2030 y los ODS que la integran, EL PERIÓDICO DE ARAGÓN reunió el pasado miércoles 16 de septiembre a cuatro representantes del sector del agua en la comunidad con el desayuno-coloquio Agua y Desarrollo Sostenible. Participaron en el debate María Dolores Pascual, presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Dolores Fornals, directora del Instituto Aragonés del Agua (IAA), Marisa Fernández, gerente del clúster Zinnae, y Lucía Soriano, directora del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).

Plan Hidrológico del Ebro

Plan Hidrológico del EbroEl Plan Hidrológico de Ebro persigue la consecución de un buen estado y la adecuada protección de las masas de agua de la demarcación, la satisfacción de las demandas de agua y el equilibrio y armonización del desarrollo regional y sectorial. Se han puesto sobre la mesa 18 temas, de los que se propondrá un diagnóstico para cada uno de ellos y las posibles vías de solución.

La presidenta de la CHE, María Dolores Pascual, cree que estos 18 temas son «un planteamiento global que marca tendencia y cuyo objetivo es alcanzar lo que se ha llamado ‘un Ebro sostenible’». «Ese objetivo debe alcanzarse a través de cinco ejes de acción en los que participan todas las autoridades competentes: la mejora del conocimiento de la Demarcación y de los efectos del cambio climático, la mejora general de la gestión del agua, alcanzar el mejor estado de las masas de agua con especial interés en los efectos de la contaminación difusa, renovar la visión de la dinámica fluvial y garantizar los suministros a los usos esenciales», explicó la dirigente de la Confederación.

En cuanto a estos desafíos, la gerente del clúster Zinnae, Marisa Fernández, comentó que «uno de los retos impulsados en Aragón y el resto de España es incrementar la eficiencia del agua e impulsar la economía circular aplicada al sector del agua», ya que «todavía hay mucho campo de mejora».

Respecto al ciclo 2015-2021, que finaliza el próximo año, la directora del IAA, Dolores Fornals, expresó su disconformidad con los objetivos que se plantearon porque el plan «no ha sido del todo realista». «Hasta ahora, las planificaciones que se han llevado a efecto pintaban muchas cosas en los planes pero eran inviables. Pongamos énfasis en las cuestiones de mayor consenso y que, además, puedan estar realmente dotadas en los presupuestos», explicó Fornals.

Procesos de participación

La Expo 2008 o la histórica manifestación contra el trasvase del Ebro muestran la importancia histórica de todo lo referente al agua en Aragón. La participación de todos los agentes del sector en las decisiones se vuelve una herramienta imprescindible para alcanzar un consenso tan ansiado como complicado: empresas, Administración o regantes deciden hasta final de octubre sobre el futuro del agua la comunidad. Mª Dolores Pascual, directora de la CHE, insiste en que «hasta el 30 de octubre nos encontramos en la fase de consulta pública del denominado Esquema Provisional de Temas Importantes de la Demarcación del Ebro». «Este documento», continúa Pascual, «es el armazón técnico del Plan, donde se recoge un diagnóstico de la demarcación, los datos técnicos y 18 temas cruciales de la planificación».

Lucía Soriano, directora del CITA.

La situación sanitaria ha obligado a que estas sesiones se realicen vía online, porque, en palabras de la presidenta de la CHE, «no hay planificación sin participación». Lucía Soriano, directora del CITA, cree «profundamente en la participación como método para reforzar la gobernanza, base indispensable de una sociedad democrática». «Entendiendo la gestión del agua como un asunto complejo en el que confluyen múltiples intereses, usos y disfrutes, garantizar el éxito en la implementación de medidas pasa inexorablemente por construir los planes de manera colectiva, aprender a dialogar, a escuchar de manera activa y sincera, a ceder y a empatizar con las distintas realidades en la gestión del agua. Debemos dejar de hablar de ‘lo mío’ y hablar de ‘lo nuestro’», concluyó Soriano.

Y Dolores Fornals, directora del IAA, se implica directamente en el proceso: «Personalmente, yo me he apuntado a las jornadas. Son útiles porque se centran en los problemas y te dicen exactamente cuáles son los problemas para el próximo ciclo de planificación».

El pacto del agua

La renovación del Pacto del Agua ya se ha puesto sobre la mesa, y parece que tanto entes públicos como privados están dispuestos a revisarlo. Marisa Fernández, gerente de Zinnae, constató que han aportado sugerencias para «no centrarse exclusivamente en el tema de las obras públicas». Desde el clúster creen que «algo importante es la renovación de las infraestructuras para el abastecimiento del agua y la depuración». Y es cierto. Un estudio reciente de AEAS dice que en la actualidad sería necesario invertir mucho más debido al envejecimiento de las infraestructuras. Por ejemplo, en el caso de Aragón, para renovar los activos del sistema de abastecimiento y saneamiento habría que invertir entre 50 y 60 euros por habitante y año. Por ello, desde Zinnae apuestan por la circularidad y la revalorización de los recursos del agua: «Es muy importante para activar la economía circular estar en consonancia con la creación de un empleo verde y sostenible».

Marisa Fernández, gerente de Zinnae.

Fernández también puso sobre la mesa el precio del agua y la recuperación de costes: «Es importante reconocer que el agua es un derecho humano al que todo el mundo debe tener acceso. Pero también es cierto que su tratamiento y distribución tienen costes que deben ser cubiertos, incluyendo el coste del impacto medioambiental».

Asimismo, Lucía Soriano consideró que la reapertura del Pacto del Agua es «muy relevante y pertinente». «Creo que servirá para actualizar tanto el diagnóstico como las soluciones y desde el CITA podremos aportar nuestro conocimiento científico sobre el sector agroalimentario, sus necesidades, sus impactos y sobre los escenarios de futuro», afirmó la directora del CITA.

Por parte del IAA, Dolores Fornals quiso dar protagonismo a los agentes no institucionales: «El objetivo fundamental es impulsar el consenso, que es lo que quiere el Gobierno de Aragón. Pero impulsar el consenso con un protagonismo de los sectores afectados (ecologistas, regantes, industriales…) y de expertos en la materia, quienes tienen que intentarnos facilitar soluciones a las instituciones públicas. Por eso no forma parte de esta mesa de diálogo ninguna entidad pública: ni la CHE, ni el ministerio, ni el Gobierno de Aragón. Ellos propondrán y serán las instituciones las que decidan, obviamente, pero queremos dejarles trabajar con autonomía».

Mientras, la presidenta de la CHE habló sobre la necesidad de actualizarse: «El Pacto del Agua de Aragón fue un hito importante, pero han pasado muchos años y las necesidades ahora pueden haber cambiado. Las comunidades autónomas tienen una importancia esencial ya que son competentes en muchas de las políticas sectoriales que inciden directa o indirectamente en la gestión del agua (ordenación del territorio, agricultura, industria, turismo…). Es esencial que, internamente, en el ámbito de sus instituciones, Aragón procure el debate y consenso sobre las medidas que se vayan a proponer en el proceso de elaboración del próximo plan».

Demanda real de recursos

Sin embargo, establecer una relación proporcional entre las necesidades de una población en constante variación y los recursos disponibles supone auténticos quebraderos de cabeza para los agentes responsables de la gestión del agua.

Lucía Soriano, directora del CITA, enfatiza en la cuestión de los usos alternativos y sostenibles: «España tiene recursos hídricos limitados que no sólo están disponibles para satisfacer demandas de consumo para usos agrícolas, industriales o urbanos. El agua tiene otras múltiples funciones que debemos respetar y garantizar: los caudales ambientales que mantienen la salud de los ecosistemas y, por tanto, la salud humana, las actividades empresariales con fines recreativos, o los usos culturales entre otros».

Marisa Fernández, gerente de Zinnae, hizo hincapié en la eficiencia en el uso y de las aguas residuales, porque son «dos temas básicos». «En el campo del regadío hay una gran capacidad de innovación, por ejemplo, a través de la digitalización y de la introducción de la inteligencia artificial al riego, lo que permite utilizar todas aquellas informaciones relevantes (climáticas, sensores en el suelo…). Ya se está impulsando en Europa una revolución digital y medioambiental que permita hacer un uso más eficiente de los recursos».

En el camino de hallar esta difícil pero ideal correlación, la directora del IAA expresó que «se debe lograr que la demanda de regadíos sea compatible con los usos de las entidades conservacionistas del medio ambiente». «Sí se pueden poner algunas hectáreas en regadío, pero no es factible lo que preveía el plan anterior, que sigue vigente hasta 2021. De hecho, no se ha llevado efecto. Primero hay que garantizar lo que ya tenemos, en segundo lugar modernizarlo y, por último, ya se pondrán en funcionamiento más hectáreas», puntualizó Fornals.

Estado de la obra pública

Las grandes infraestructuras son una de las claves en el debate sobre el agua en Aragón. Desde el recrecimiento de embalses hasta la construcción de 60.222 nuevas plantas depuradoras, las obras públicas suponen un constante ir y venir de opiniones en la mesa del agua.

Lucía Soriano, directora del CITA, explicó que «de acuerdo con los datos del Inventario de Presas y Embalses del Ministerio de Transición ecológica, en España existen actualmente 1.225 grandes presas, lo que lo convierte en el país con mayor número de grandes presas por habitante del mundo». «Contar con grandes presas nos permitió poner en regadío el secano español, aumentando así la productividad y permitiendo un despegue de la actividad agrícola. No obstante, es de sobra conocido, sobre todo en Aragón, el profundo impacto ambiental, social y económico de este tipo de actuaciones. Por tanto, los escenarios de futuro, marcados por un contexto de cambio climático, requieren de soluciones alternativas y modelos de producción compatibles con el cuidado de la naturaleza. La ingeniería verde ha venido para quedarse», concluyó.

María Dolores Pascual, presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

María Dolores Pascual, presidenta de la CHE, meditó sobre la situación actual de Aragón: «Hay que ver qué solución es la idónea para cada problema. En cuanto a las grandes infraestructuras tradicionales (las denominadas infraestructuras grises) hay cuatro que afectan a Aragón: Almudévar, el recrecimiento de Yesa, lel de Santolea y el de Mularroya. Junto a ellas, se plantean también con fuerza las infraestructuras basadas en la naturaleza que pueden complementar las anteriores, como las restauraciones de ribera, reconexión de ríos y llanuras de inundación, restauración y construcción de humedales…».

Sin embargo, los embalses no constituyen toda la obra pública de Aragón. Por parte del IAA, Dolores Fornals hizo hincapié en la labor del instituto para completar el plan de depuración general para localidades de más de 2.000 habitantes: «Sólo queda cubrir las necesidades de en torno al 7% de la población aragonesa». Los proyectos que quedan ya están en marcha o se están licitando, como aseguró Fornals: «Nos faltan por cubrir nueve infraestructuras en el ámbito pirenaico, como Formigal, Ansó, Benasque, Torla o Canfranc Estación. En cuanto a los pequeños núcleos, Fornals contó que se está analizando la situación real de los pequeños núcleos para ver qué se hace con ellos». «Lo que no queremos es llenar de hormigón el Pirineo», afirmó la directora del IAA.

Proyecto Ebro Resilience

Las inundaciones son el desastre natural que más pérdidas económicas y humanas causa en España. Se destina mayor presupuesto a reparar los daños que a prevenirlos: en 2018, sólo en la cuenca del Ebro se destinaron 45 millones de euros. El sistema de contención actual, mediante diques y motas es una medida eficaz ante crecidas pequeñas. Sin embargo, en la llanura aluvial del Ebro a su paso por Aragón se suceden los episodios de inundaciones más extraordinarios. La directiva europea de inundaciones impulsa nuevas estrategias y medidas a través de la reducción de la vulnerabilidad, la restauración fluvial y la participación pública.

Todas las participantes del foro coincidieron con las palabras de la presidenta de la CHE, quien afirmó que «las inundaciones son un fenómeno extremo pero natural y, por tanto, inevitable». «Ahora bien, sí se pueden paliar sus efectos e incrementar la capacidad de adaptación», dijo Pascual.

Lucía Soriano, directora del CITA, añadió que «debemos dejar espacio a los ríos, entender y respetar su dinámica». También aconsejó «cambiar la óptica con la que se miran estos fenómenos naturales» y explicó que «cuando una ‘catástrofe’ se repite anualmente significa que algo estamos haciendo mal», ya que «las inundaciones son fenómenos que no sólo no van a dejar de ocurrir, sino que, en un contexto de cambio global, se van a intensificar».

Dolores Fornals, directora del IAA.

Por parte del IAA, Dolores Fornals concretó que «las soluciones absolutas no existen» y que «un único proyecto no puede resolver todos los daños que puede provocar una avenida». Sin embargo, Fornals sí apoyó la iniciativa: «Lo que está claro es que hay que empezar a hacer cosas. No podemos estar parados viendo que, cuando se produce la avenida, seguimos igual o peor cada vez». Además, aseguró que el problema de las avenidas no se concentra sólo en la cuenca del Ebro: «Tenemos 313 localidades en Aragón en riesgo de inundación, por lo que se han otorgado subvenciones a los municipios para la redacción de planes de emergencia ante el riesgo de inundación y el consejero ha anunciado para 2021 una nueva convocatoria para la limpieza de riberas a los municipios».

Sostenibilidad y ODS

La sostenibilidad, como ya se habló en referencia al modelo de embalses, es uno de los ejes sobre los que gira el debate del agua. Las entidades conservacionistas del medio ambiente piden medidas y actuaciones que respeten los ecosistemas y se acoplen a sus reivindicaciones.

En cuanto a esta petición, Marisa Fernández, gerente de Zinnae, cree que las soluciones «tienen que ser compatibles». «Debemos ser conscientes de que en Aragón existen unos recursos limitados fundamentales para el desarrollo económico. Es necesario que sean de una calidad determinada, para lo cual se deben cuidar. Tener tanto calidad como cantidad suficientes para desempeñar las distintas actividades económicas», aclaró Fernández.

A esta declaración se sumó la presidenta de la CHE: «Estamos convencidos de que se puede avanzar con esa premisa si cada uno contribuye con una visión amplia y cooperadora que abandone posiciones maximalistas. Porque además, tanto el marco internacional en la Agenda 2030 de Naciones Unidas o el Green Deal de la UE como en ámbito nacional, se marca la senda de la sostenibilidad».

Y es que precisamente en el centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que marca esa agenda 2030 está el agua. Respecto a esto, Lucía Soriano afirma que «desde el CITA generamos conocimiento que debe ser la base para la toma de decisiones y la elaboración y aplicación de las políticas necesarias para la consecución de los ODS». En concreto, con los ODS ‘Hambre cero’, ‘Salud y bienestar’, ‘Igualdad de género’, ‘Agua limpia y saneamiento’, ‘Producción y consumo responsables’, ‘Acción por el clima’ y ‘Vida de ecosistemas terrestres’.

Además, Soriano enfatizó en la incoherencia de algunas decisiones tomadas: «Queremos producir lo mismo y competir al mismo nivel que otros países a los que les cae el agua del cielo en abundancia y para ello ponemos nuestros ecosistemas al límite. Y así llevamos décadas. Debemos explorar vías que nos permitan producir de manera respetuosa con el territorio».