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la expansión de los contagios

Aragón alcanza 50.000 casos tras cinco días de ascensos

La comunidad notifica 1.345 positivos, la mitad en la capital -- La DGA no pide el estado de alarma y acatará lo que decida Madrid

Aragón alcanza 50.000 casos tras cinco días de ascensos

El primer día de la semana fue el último que Aragón pudo notificar descenso en el número de casos (496). La curva se ha ido empinando desde el lunes irremediablemente (742, 900, 1.079, 1.205 y 1.345) en una suerte de progresión aritmética a la que, de momento, no se le ve fin. Ciento y pico contagios más que se suman a los de la jornada anterior, mientras gran parte del país pide casi con desesperación el estado de alarma. Aragón no lo ha solicitado, pero ya ha dicho que acatará lo que toque, aunque sea de queda. De momento, ayer superó la cifra redonda de 50.000 casos desde marzo.

Las nuevas medidas excepcionales se conocerán hoy después del Consejo de Ministros extraordinario que devolverá a todo el país a una situación similar a la de primavera, al menos en cuestión de reclusiones horarias. La situación, sin embargo, tienen contrastes en las gráficas y el ánimo. Cierto es que, pese a que el número de positivos ha aumentado, la morbilidad ha bajado, pero también quedan menos fuerzas. Lo cuentan los datos de los trabajadores sanitarios, que van cayendo contagiados, ya sea por depresiones, hartazgo o simplemente fatiga.

Se ha sabido estos días que hay más de 500 de baja laboral, un número alto que, sin llegar a las cifras de abril (894), demuestra que hay cierta pesadumbre en este sector de trabajadores obligados a sostenerse en el final del trayecto. Y más que disgusto, cabreo. Tanto que la opción de convocar una huelga general en la sanidad aragonesa ya planea entre los profesionales, que entienden que la situación es ya insostenible y prevén un inevitable empeoramiento derivado de la falta de recursos y personal.

Ese decaimiento se nota en la calle también. Los días se han ido apagando esta semana conforme avanzaban los casos y las noticias, extendidos por todo el territorio nacional hasta llegar otra vez a la frontera última. Unos se quejan más que otros. Los hosteleros se revuelven pidiendo la última botella de oxígeno, los comercios empiezan a bajar persianas y los autónomos esconden su preocupación en casa.

Sigue habiendo muertes también, no se puede olvidar. Ayer se contaron diez. Además, los 1.345 casos corresponden a los resultados de 7.357 pruebas, de las que 5.119 son de PCR cargadas con una positividad del 19,11%; 1.792 provienen de test antígenos, con un 20,26% de positivos; y 448 de pruebas serológicas, con un 9,99%. El total de asintomáticos volvió a estar por encima de la mitad (50%).

El motor económico de Aragón se acerca ya a los mil casos. 968 se notificaron en la provincia de Zaragoza, cuya capital arroja un 50% del total. Las zonas de salud de La Jota y Zalfonada fueron las que despuntaron ayer, aunque en el acumulado semanal la peor parte se la lleva el centro de salud Las Fuentes Norte. Épila y Gallur son las que peores números mostraron fuera del perímetro cerrado de la capital, ambas con cifras que superan los 500 casos por cien mil habitantes.

Mejoran los datos en Huesca y su provincia, con Jaca a la cabeza notificando 41 casos de los 245 totales, lo que supone un crecimiento del 30% en solo 24 horas. La capital sumó 39 pero, al menos por un día, mejora su situación al reducirse los guarismos prácticamente a la mitad que en la jornada anterior. En la provincia de Teruel también se restaron positivos, 38 menos que los notificados el jueves para quedarse en 107. En la capital, sin ir más lejos, bajaron un 30% los contagios, aunque siga siendo la zona más afectada con 50 casos.

En Aragón, sobre todo en Zaragoza, se constata una vez más que el gran problema está en la transmisión comunitaria y las reuniones sociales, transferencia ingobernable hasta la fecha que ahora se tratará de frenar cerrando bares y restringiendo horarios. O más. Hoy se sabrá.

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