El Ayuntamiento de Zaragoza quiere ser pionero en impulsar medidas para mejorar la calidad del aire en sitios cerrados con el objetivo de reducir el riesgo de contagio de la covid-19 y en futuras pandemias.

Para ello, ha celebrado este martes una tercera mesa técnica para trabajar de forma coordinada en la calidad del aire, a la que se han sumado el director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza, Juan José Badiola, el investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón Alberto Jiménez Schumacher o el profesor de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza Juan José Alba.

También han participado el catedrático de Mecánica de Fluidos de la Universidad de Zaragoza, Javier Ballester, el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja, Salvador Galve, y el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Teruel, Ramón Fuertes.

El alcalde, Jorge Azcón, ha apostado por escuchar a la ciencia, a la universidad, a los hosteleros y a las empresas, y ha considerado una "magnífica noticia" que Zaragoza se coloque a la vanguardia de las decisiones "más inteligentes" para combatir el virus.

El profesor Badiola, por su parte, ha coincidido en que Zaragoza ha sido pionera a la hora de poner de manifiesto la importancia de la calidad del aire, ya que, además, la covid-19 es una enfermedad respiratoria.

No obstante, ha defendido la necesidad de ir más allá de enunciados teóricos y dar pasos para garantizar un menor riesgo de infección en instituciones o locales privados.

A ello ha unido que la calidad del aire es un problema "también del mañana", dado que esta pandemia no va a acabar con la vacunación al haber "reservorios" del virus, y para que la próxima epidemia "no nos coja desprevenidos".

"Somos lo que respiramos", ha dicho el investigador Alberto Jiménez Schumacher, quien ha resaltado la importancia de la calidad del aire, sobre todo en espacios cerrados, aunque ha subrayado que no va a haber lugares libres de covid, sino zonas de menor riesgo.

En este sentido, el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón trabaja en un sello de calidad del aire que reconozca las medidas que redunden en la reducción del riesgo de contagio en los espacios compartidos.

Los locales que se adhieran a esta iniciativa asumen su responsabilidad en el control de su calidad del aire y se comprometen a dejarse monitorizar, asesorar en la toma de medidas o permitir auditorías y controles permanentes.

Un sistema de avisos advierte a la empresa cuando empeora la calidad del aire para que tome medidas, ha explicado.

Para el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y Rioja, Salvador Galve, si el resto de instituciones hicieran lo que hace el Ayuntamiento de Zaragoza, "hablaríamos otro idioma".

Así, ha criticado que, un año después de la llegada de la pandemia, las medidas tomadas se reducen a limitar la movilidad en base a los indicadores que salen de los hospitales.

Galve ha asegurado que se puede controlar y medir fácilmente la calidad del aire y que hay una relación directa entre la cantidad de CO2 con la cantidad de virus en el ambiente.

"No podemos compartir el aire en locales interiores si no se mide", ha recalcado.

El Colegio de Ingenieros Industriales ha recibido también el encargo de elaborar un decálogo de buenas practicas para estos establecimientos.