El expresidente del Gobierno de Aragón, Santiago Lanzuela, y el cantautor y escritor Joaquín Carbonell, recibieron ayer a título póstumo la Cruz de San Jorge de la Diputación Provincial de Teruel, máxima distinción, en la primera edición después del coronavirus. Precisamente la pandemia cortó la trayectoria de ambas figuras, que ayer fueron recordadas desde la excolegiata de Santa María de Mora de Rubielos, en la primera vez que este evento sale de la capital. Se recordó su trayectoria, la «apuesta por su tierra» y su «lucha con optimismo por sus posibilidades».

El acto, con aforo limitado y restricciones obligadas por la pandemia, contó con la actuación de la cantante alcorisana Isabel Marco, que puso voz a las canciones de Joaquín Carbonell. También se realizó un emotivo recuerdo en forma de vídeo para quienes más han sufrido los efectos de la pandemia este último año y un homenaje, como es tradicional, a las personas galardonadas con la Cruz que han fallecido desde la última celebración de San Jorge: José Asensio Lamiel, Purificación Atrián y Antón García Abril. El acto concluyó con la interpretación del himno de Aragón a cargo de la Banda de música de Mora de Rubielos.

El presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, trasladó en su primer acto de San Jorge como máximo responsable de la institución un mensaje de optimismo frente a la pandemia y ante la constante amenaza de la despoblación. «Durante demasiado tiempo nos han hecho creer que el futuro pasa por otro modelo de vida», pero existe una estrategia, el «positivismo realista, sin engañar a nadie. Tenemos que hablar de esta provincia en positivo. Basta ya de lamentos», animó Rando, que recordó con sus palabras a los homenajeados.