La orden de la DGA para confinar tres comarcas de Zaragoza y la ciudad de Calatayud ha causado preocupación en las poblaciones afectadas pues la medida supone regresar al encierro de los primeros tiempos de la pandemia. Pero el sentimiento predominante es de resignación ante una decisión que los responsables políticos ven como inevitable ante el acentuado incremento de los contagios en las últimas fechas.

«Hay preocupación en la zona», resumió este martes Marta Gimeno, presidenta de Valdejalón. «En poco tiempo hemos pasado 52 a 364 casos por cada 100.000 habitantes y lo que ocurra es algo que atañe a todos los habitantes», declaró la responsable comarcal, que insistió en la necesidad de «cumplir las normas escrupulosamente y extremar las precauciones».

«Nos ha cogido por sorpresa», manifestó, por su parte, José Miguel Achón, presidente de la Ribera Alta del Ebro, que junto al Campo de Cariñena y Valdejalón forma parte de las comarcas confinadas. «No es agradable lo que pasa, pero cumpliremos a rajatabla las limitaciones que supone la medida», subrayó.

Más casos en los centros de salud

En la Ribera Alta, el endurecimiento de las condiciones se debe a que en fechas recientes los centros de salud de Gallur y de Alagón han detectado un fuerte aumento de los contagios de covid-19. Achón indicó que la actividad económica no se verá apenas afectada por la medida porque se volverá a poner en marcha el sistema de permisos y autorizaciones que garantizan la libertad de desplazamiento de los trabajadores.

José Manuel Aranda, alcalde de Calatayud, mostró su «tremenda preocupación» por la situación sanitaria en la ciudad, donde hay en estos momentos «diez personas ingresadas con covid en el hospital».

Sin embargo, expresó sus dudas sobre el momento elegido para iniciar el confinamiento. «Quizá no era hoy el día más adecuado para aplicar la medida aquí, pues se han registrado pocos casos, solo tres, mientras que días atrás había bastantes más», explicó. «Hace ya días que esperaba una llamada de la consejera de Sanidad», continuó Aranda. Con todo, insistió en que la capital bilbilitana «asume con responsabilidad» la situación del confinamiento local.

El regidor recordó que el ayuntamiento «siempre ha colaborado» con las autoridades sanitarias de la DGA. «Hemos puesto a su disposición espacios para vacunar, hemos creado un servicio de información al usuario sobre la vacuna, para llegar a todas las capas de la población y llevamos 14 meses apelando al sentido común y a la responsabilidad de los vecinos…», enumeró.

El alcalde bilbilitano reconoció que el nuevo confinamiento tendrá impacto en el comercio y en la hostelería al restringir horarios y el tránsito de personas. Pero recalcó que «es lo que toca» ante la situación sanitaria que se ha vivido estos últimos días.

"Harán daño a la economía"

José Luis Ansón, presidente del Campo de Cariñena, señaló que Sira Repollés, la consejera de Sanidad, le llamó ayer para comunicarle que había que confinar la comarca entera. Pero Ansón se mostró disconforme con la aplicación de la medida en todo el territorio del ente comarcal. «Es una respuesta exagerada, pues mientras que en Cariñena, efectivamente, ha habido un aumento de los contagios, en otras localidades, como Tosos, Cosuenda y Aladrén, no hay ningún caso», explicó.

En su opinión, la medida «hará daño sin duda a la economía» de la zona, pero aseguró que la comarca se implicará en el cumplimiento de la orden.