Dos drones vigilan ya desde el aire a los conductores en Zaragoza

Los conductores que no respetan la normativa de seguridad vial y que circulan por Zaragoza tienen ahora, además de la vigilancia habitual de la Guardia Civil, dos espías con alas que sobrevuelan las carreteras de la provincia. Se trata de dos drones diseñados especialmente para detectar formas de conducir temerarias, controlar tramos con elevado riesgo de accidentes y vías por las que ruedan usuarios vulnerables.

Las pequeñas aeronaves, que se suman al helicóptero utilizado hace años en las mismas labores, han sido entregadas por la Dirección General de Tráfico a la Jefatura Provincial de Zaragoza y forman parte de una serie de 39 aparatos que se han distribuido por el territorio nacional. Los recibidos en la capital aragonesa, que operan desde la Base Aérea, actúan asimismo en La Rioja y Navarra.

Los drones cuentan con una autonomía de hasta 40 minutos, que puede parecer corta pero que los responsables de Tráfico consideran suficiente para su función. Su radio de acción puede extenderse a 10 kilómetros a la redonda. Hay que tener en cuenta que actualmente la Unidad de Medios Aéreos de Tráfico mantiene en todos estos aparatos una línea de visualización que va entre uno y dos kilómetros. Agotado su periodo de vuelo efectivo, sus baterías pueden recargarse para ser usados en otra misión.

Un piloto y un cámara

Los drones pueden además ser usados en situaciones en las que haya mucho tráfico en la red viaria y también como apoyo en situaciones de emergencia en las que se vea afectada la circulación de forma grave.

Su puesta en marcha ha requerido la formación en toda España de 35 personas especializadas en el pilotaje por control remoto de estos vehículos. Estos expertos son de dos tipos, unos que manejan los controles de vuelo y otros que se encargan de la cámara que llevan los drones.

En el caso de Aragón, se han puesto en marcha dos modelos, el Thyra V109, de 6,2 kilos de peso máximo en el despegue, y el Thyra V105 de 1,4 kilos de peso. Llevan incorporados teleobjetivos potentes y un sistema de seguimiento automático de vehículos.

Realizan sus filmaciones y seguimiento desde una altura máxima de 120 metros y pueden alcanzar los 80 kilómetros por hora. Además soportan temperaturas de hasta 45 grados sin que su funcionamiento se vea afectado.

El uso de estos ingenios aéreos en España se remonta al 2018 y desde entonces ya han acumulado 500 horas de vuelo en las que han seguido 55.000 vehículos y han detectado más de 600 infracciones. De hecho, en el poco tiempo que llevan funcionando se han revelado muy útiles para detectar el uso de teléfonos al volante, la no utilización del cinturón de seguridad y los adelantamientos incorrectos a ciclistas.