Entre los feriantes ya no hay ni esperanza ni optimismo. «Nosotros lo que queremos es que llegue el año que viene para que vuelvan a celebrarse las fiestas y podamos montar y trabajar», explica el presidente de los feriantes, Miguel Ángel Escartín. Ahora está en Calatayud, donde han instalado sus atracciones después de pasar por Zaragoza y Teruel. «Ha sido un desastre y nos ha costado más montar que otra cosa porque al no haber fiestas la gente no acude a las ferias».

Escartín se muestra seguro de que el recinto ferial de Valdespartera se abrirá en octubre. «Haya o no fiestas yo creo que lo abrirán porque va a estar muy controlado y habrá garantías de aforos y distancias», señala.

Si finalmente el Gobierno de Aragón decidiese suspender también las fiestas del Pilar y no pudieran poner en marcha sus atracciones repetirían un año de «ruina». Desde los pilares de 2019 no han podido trabajar prácticamente, salvo estos últimos meses que lo han hecho a medio gas.

«Montamos alguna atracción pero sin el ambiente festivo no es lo mismo. La gente no viene o directamente no se entera de que estamos», explica. Tanto que no han tenido que cerrar las instalaciones por superar el aforo. «Las ferias están perimetradas y creamos un acceso de entrada y otro salida para controlar el número de personas», informa. Además de la mascarilla, para subir a las atracciones hay que utilizar previamente el gel hidroalchólico y mantener siempre las distancias de seguridad, también cuando uno está esperando», precisa.

Escartín insiste en que los primeros interesados en que se cumplan las medidas de seguridad son ellos mismos porque viven de sus ferias, por los que son muy exigentes. H