El presidente del PP de Aragón, Luis María Beamonte, sigue sin desvelar su futuro en el partido, a pocos meses de que la formación conservadora celebre su congreso de renovación. No lo hizo este martes, en la reunión de la Junta Directiva Autonómica en la que los populares volvieron a definirse como «la alternativa» al «desgobierno» en Aragón y en Madrid.

Pero fue más claro que nunca antes hasta ahora, al reconocer que él no es «un verso suelto» y que estará donde le requiera su organización. Conforme pasan las semanas, más nombres aparecen en las quinielas para liderar el partido, y Beamonte no despeja dudas ni en un sentido ni en otro. No lo hará, confirmó ayer, hasta que se convoque el congreso del partido en la comunidad autónoma.

El PP afronta un otoño intenso en lo orgánico, con la convención organizada por Génova que pretende ser, una vez superado el coronavirus, la del impulso ideológico con la dirección de Pablo Casado. Tras ella, se convocarán los congresos regionales pendientes, y el de Aragón, al ser una de las comunidades en las que el PP se encuentra en la oposición, es uno de los que más debate genera. Nombres como el del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, representante del PP en la Federación Española de Municipios y Provincias, son recurrentes en las conversaciones entre cargos y simpatizantes como un valor al alza en el partido. Pero no es el único que suena como alternativa. Incluso se plantean nombres con ya relevancia a escala nacional en el partido, y otros que darían el salto a la primera línea política tras estar vinculados a ella desde hace años.

«Quienes me conocen saben que yo no soy un verso suelto. Y cuando llegue el momento, cada uno dirá lo que hará», concretó Beamonte, a preguntas de los periodistas, desde la sede del partido en la calle Panzano de Zaragoza. «Formo parte de una organización con todas las consecuencias», prosiguió, y señaló que «cada camino se abrirá» cuando se convoque el congreso, para el que ya se han barajado fechas, desde el mes de noviembre hasta enero de 2022.

La alternativa al PSOE

El presidente del PP en Aragón, Luis María Beamonte, quiso marcar el inicio del curso político con un mensaje claro: el PP es la alternativa al «desgobierno» de Aragón y España, donde siempre se llega «tarde y mal». Se presentó como una opción para «devolver las oportunidades y la solidez al conjunto de la comunidad autónoma».

Confianza, seguridad y certidumbre son las palabras con las que definió su propuesta, basada en el empleo como «la mejor política social» y la mejor forma de incentivar la economía.

Para él, es posible «estimular la economía sin sangrar los bolsillos» con un sistema impositivo diferente, como el que se ha llevado a cabo en comunidades como Murcia, la Comunidad de Madrid Galicia o Andalucía.

Sin embargo, define la política del cuatripartito liderado por Javier Lambán como un «atraco» al bolsillo de los aragoneses, y añade que se caracteriza también por «llegar tarde a los problemas».

En cuanto a la crisis del coronavirus, Beamonte criticó que el presidente autonómico «siga sin ver la necesidad de reforzar la Sanidad» y consideró que este escenario tenía que haber sido objeto de «mayor diálogo» para conjugar la atención sanitaria con la economía.

En lo referente a los fondos europeos, ha advertido de que hay «demasiados puntos negros», por lo que «corremos el riesgo de que este dinero no llegue a su lugar por una falta de seriedad» del PSOE de Sánchez y de Lámban.

Sobre las relaciones entre ambos líderes afeó que el «desencuentro» presida la relación entre Gobierno de Aragón y el de España, debido a una «incapacidad manifiesta de diálogo y de soluciones».

Por eso, insistió, ante la «incapacidad de los Gobiernos de izquierda», en presentar al PP como el partido que representa al «espectro más amplio que puede unir al conjunto de la sociedad», especialmente, a las clases medias, a las que definió como «el impulso real de nuestro país». Un apoyo que es «compatible con ayudar a las personas que más lo necesitan».

Pese a todo lo anterior, Beamonte se mostró dispuesto a «seguir trabajando de forma responsable» y apoyar al Gobierno de Lambán. Eso sí, fuera de un «escenario de conveniencia».