La variante ómicron del coronavirus reducirá la afluencia al Pirineo, pero aun así los hoteleros, entre Jaca y Benasque, son optimistas y fijan entre un 70% y un 80%. "Si no fuera por la epidemia, sería una campaña histórica, quizá la mejor de todas", ha señalado este jueves, José María Ciria, presidente de la asociación de empresarios turísticos del valle de Benasque.

El buen tiempo, la abundancia de nieve y el deseo de muchas familias de disfrutar de la nieve estas Navidades explican que, pese a las anulaciones de reservas, tanto en hoteles como en restaurantes, los próximos días habrá un gran movimiento en los valles pirenaicos.

"Habrá una gran movilización de visitantes entre los hoteles, las segundas residencias y los que van y vienen en el día", apunta Luis Terrén, de la Asociación Turística del Valle del Aragón. "Sin duda el confinamiento y la expansión de la variante ómicron están haciendo mella en la ocupación hotelera, pero hay que pensar que existe una clientela, muy numerosa, que no pernocta en la zona o que lo hace en apartamentos y viviendas de su propiedad, de parientes o de amigos", explica.

"La gente va a responder porque el sector hostelero ha sabido adaptarse a las nuevas circunstancias", subraya José María Ciria. "Hoteles y restaurantes están equipados con todos los medios sanitarios necesarios y, por otro lado, las terrazas al aire libre están haciendo un muy buen papel", comenta.

300 kilómetros esquiables

El Pirineo, señala el hotelero, ofrece la posibilidad de hacer muchas actividades al aire libre, lejos de las masificaciones y en un entorno seguro. "Por todo eso la animación está asegurada", recalca.

Así como en el valle del Aragón se registrará una ocupación media del 70%, en el de Benasque se puede alcanzar el 80%. "Lógicamente, habrá hoteles que se llenarán por completo, los de menos plazas, mientras que otros, los de mayor capacidad, muy posiblemente no lo conseguirán, si bien el índice ocupación también será alto en su caso", asegura.

Además, las copiosas nevadas de mediados de noviembre, que dejaron hasta dos metros de nieve en algunos puntos, aseguran que el blanco elemento no va a faltar cuando la temporada acaba de empezar. De hecho, las cinco estaciones de esquí pirenaicas ofrecen en conjunto esta Navidad en torno a 300 kilómetros esquiables.

Otro factor que contribuirá a la buena marcha del sector servicios en el Pirineo será, según José María Ciria, el "acierto" que ha supuesto permitir a la hostelería el cierre a las doce de la noche, salvo en Nochevieja, cuando este horario se alargará hasta las dos de la madrugada. "La DGA ha actuado con mesura y sensatez", opina el hotelero del valle de Benasque.

Jaca, animada

Sin embargo, algunos restauradores consideran que el negocio se resentirá con las restricciones impuestas por el coronavirus. "Estamos recibiendo llamadas de personas que habían reservado una mesa para la Nochevieja y nos dicen que no podrán venir porque un miembro de la familia ha dado positivo", señala la propietaria de un restaurante del casco viejo de Jaca.

"Seguro que hay ambiente en las calles, de hecho ya se ve mucha animación por Jaca, pero dudo que se trabaje como se hubiera hecho en el caso de no haberse extendido la variante ómicron", manifiesta.

En realidad, todo el sector servicios hace la misma reflexión: cómo hubiera sido esta Navidad para hoteles, tiendas y restaurantes de no haberse interpuesto ómicron.