Malick Gueye pretende que los manteros desaparezcan. No es un pequeño comerciante de proximidad, tampoco el gerifalte de un centro comercial. No. Malick Gueye es el portavoz del sindicato de manteros de Madrid, dice que vender en la calle “no es una vida digna” y que solo quieren buscar “alternativas”. El sábado pasado, este joven senegalés acompañó a sus compatriotas Idrissa Gueye (fundador de Top Manta Zaragoza) y Lamine Bathily (miembro del sindicato de manteros de Barcelona) en una suerte de foro en Zaragoza que buscó poner los puntos sobre las íes del mundo de la venta ambulante.

La cita se celebró en el Centro Social Comunitario Luis Buñuel con un motivo especial: la tienda Top Manta Zaragoza, que se ubica la calle de San Loreno, cumplía un año de vida y “resistencia”, en palabras de Idrissa Gueye. Ahora, el negocio ya cuenta con tres empleados y va viento en popa pese a los duros golpes de la pandemia. Pero no se piense que se vende cualquier ropa. “Es ropa que señala la sociedad en que vivimos y la lucha de las personas migrantes, con mensajes contra el racismo”, apuntan los tres conferenciantes.

Pero en el fondo, de lo que se trata es de dar alternativas para que los jóvenes migrantes no vivan de vender productos en la calle. Para Malick Gueye, esa es la clave del proyecto: “Ellos hacen los diseños y se apoyan en las cooperativas de comercio justo para fabricarla. Nuestra idea es formar a los chicos, que aprendan el oficio del diseño y la moda, a hacer estampado. Ese es el objetivo: formar a la gente”. El ejemplo lo tienen en la tienda de Zaragoza. Uno de los trabajadores podrá estudiar una FP de Patronaje Industrial sufragada con los ingresos del último año.

Ahora que se acerca la Navidad, como ocurre de forma habitual con las festividades, las calles se inundarán de lonas con bolsos, camisetas del Barça y brillantes relojes de imitación. Lo que hay debajo de la lona, las historias de con quienes los viandantes regatean, no relucen tanto. “Cualquier mantero que tiene la posibilidad de dejar la manta lo hace corriendo. Esta no es una vida digna. Correr delante de la Policía todos los días, con el acoso y la criminalización que conlleva eso…”. Malick Gueye deja caer la frase y niega con la cabeza. “Cuando se criminaliza la pobreza se buscan justificaciones morales. Nos acusan de ser una mafia, de perjudicar al pequeño comercio. Pero no. El trabajo del sindicato es visibilizar el trabajo de los manteros denunciando las leyes racistas, que ponen barreras a las personas inmigrantes, que no pueden trabajar ni estudiar para sobrevivir y acaban en la venta ambulante. Nadie quiere dedicarse al Top Manta, pero no existen alternativas”.

Derogar la Ley de extranjería

Hace seis años que los manteros comenzaron a organizarse. Lamine Bathily cuenta que primero fue en Barcelona, a raíz de la muerte de Mor Sylla, un vendedor ambulante senegalés en 2015 que se murió tras precipitarse de su piso en Salou tras una redada policial. El hecho provocó revueltas en la ciudad tras vertirse acusaciones a los Mossos d’esquadra de haber sido los responsables de la caída del hombre, aunque la Justicia archivó la causa. A partir de ahí, los manteros se agruparon.

“La base de nuestras relaciones es el apoyo mutuo. Cuando ves que la sociedad te rechaza con sus leyes racistas al final solo te puedes apoyar en tus compañeros. Lamentablemente, este apoyo que nos damos nos criminaliza más aún, porque nos dicen que somos mafias. Pero, es la única forma que tenemos de salir adelante”, asevera Malick Gueye. Critican el “expolio” de las multinacionales europeas y chinas de los recursos africanos, lo que empuja a migrar a los jóvenes. De ahí la razón de que existan multitud de pescadores reconvertidos en manteros.

Pero una vez que han sido empujados, cuenta la tríada sindical, España les impele hacia el Top-Manta. Eso es lo que piensan, pues las críticas a la Ley de Extranjería son constantes. “Hay que derogarla, es la raíz de todos los problemas. Ponen barreras a las personas a la hora de encontrar una vida digna”, explica Bathily.

De momento, el negocio de Top-Manta en Zaragoza es ejemplar. "Las tiendan no van bien porque estamos resistiendo", asume Idrissa Gueye. "La gente que conoce la causa, la lucha, viene. No es solo moda, sino también mensajes antirracistas". Palabra de exmantero.