Ecologistas en Acción ha denunciado que la depuradora de aguas residuales de las localidades sorianas de Ólvega y Ágreda está vertiendo aguas sin depurar dejando un rastro blanco en el río Val, que alimenta el embalse del mismo nombre y se encuentra en Aragón, en el pueblo de Los Fayos, que pertenece a la comarca de Tarazona y el Moncayo. Apuntan que se trata de restos derivados del proceso de producción de una fábrica de quesos ubicada en esa zona.

La entidad conservacionista sostiene que las sustancias contaminantes «se han sedimentado formando una capa continua y de unos milímetros de grosor sobre el sustrato del cauce afectando gravemente a toda la vegetación existente a lo largo del río».

Todo parece indicar, mantiene Ecologistas en Acción, que este vertido ha durado varios días. «El deficiente funcionamiento de esta depuradora, inaugurada en el año 2010, es la causa del mal estado del embalse de El Val que ha sido calificado por la propia Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) como el más contaminado de toda la cuenca del Ebro», apuntan los ecologistas en una nota de prensa.

Aguas turbias

La CHE, argumentan, «es perfecta conocedora de las características de estos vertidos». Desde finales de año, explican, la sonda que tiene instalada en el embalse de El Val registra datos que indican una excesiva turbidez. Así, enumeran, el día 28 de diciembre la turbidez era 0,5 NTU (unidad nefelométrica de turbidez), en superficie y 1,4 NTU en el fondo mientras el día 9 de enero la turbidez era 28,1 NTU en superficie y 44,5 NTU en el fondo, desde donde se suministra el servicio a los usuarios.

Según la OMS, la turbidez del agua debe estar por debajo de 1 NTU y no debe superar en ningún caso las 5 NTU, mantiene Ecologistas en Acción. Respecto al origen del vertido, presuntamente se sitúa en la fábrica de quesos Saiona SL, ahora denominada Ólvega Lácteos Naturales SL y también vinculada a los propietarios de la empresa Valle de Odieta SCL.

Se trata de la única empresa cuya actividad se relaciona con las características del vertido (color y olor a suero lácteo) y también porque es la responsable de vertidos semejantes en años anteriores, especifica la entidad conservacionista. En este sentido, recuerda que el Ayuntamiento de Ólvega ha sido sancionado por la CHE con una multa 86.247 euros (que quedó en 51.748 por pronto pago) por los vertidos de su colector al río.

Pero, tal y como reconoció el propio ayuntamiento, apuntan los ecologistas, el causante de estos era la empresa quesera que ilegalmente vertía al colector municipal.