El Periódico de Aragón

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ESTIMACIONES ECONÓMICAS DEL BANCO

Aragón resiste a la crisis de Ucrania y crecerá un 4,4% este año

Ibercaja rebaja 3,3% puntos la previsión de incremento del PIB de la comunidad autónoma, que recuperará este verano la riqueza perdida por la impacto de la pandemia, siendo una de las primeras en volver a los niveles de 2019

Imagen de archivo de unos contenedores en un puerto EFE - SASCHA STEINBACH

"Que no estamos tan mal!". La célebre frase del mundo futbolístico podría aplicarse al momento actual que vive la economía aragonesa, plagado a partes iguales de luces y sombras. A pesar del contexto de adversidades que ha dibujado la guerra de Ucrania, la inflación desorbitada y los problemas de suministros, la comunidad podría crecer un 4,4% este año y un 5,1% en 2023, según las previsiones realizadas este miércoles por Ibercaja. Eso sí, el incremento del producto interior bruto (PIB) estimado por el banco para este año es 3,3 puntos inferior al anunciado hace cinco meses, cuando se situaba en el 7,4%.

El avance de Aragón se situaría en 2022 algo por debajo de la media de España, que crecerá a un ritmo del 4,7%, pero por encima del pronosticado para 2023, del 4,8%. La comunidad autónoma, además, está a punto de recuperar toda riqueza perdida como consecuencia del impacto de la pandemia, algo que se espera que ocurra este trimestre o el siguiente, siendo uno de las primeras autonomías en lograr supurar esta herida provocada por la crisis sanitaria.

Así se recoge en la edición especial del número 75 de la revista Economía Aragonesa, editada por Ibercaja, que fue presentada este miércoles en rueda de prensa por el director de Comunicación y Relaciones Institucionales de la entidad, Enrique Barbero, el director financiero, Antonio Martínez, y el jefe de Análisis Económico y Financiero, Santiago Martínez.

Recuperación incompleta

"Vivimos en la economía de los sobresaltos", aseguró Antonio Martínez, para explicar la "concatenación de eventos muy inesperados y extremos" que se está produciendo en un periodo corto de tiempo, lo que genera "un nivel de incertidumbre tan alta que en sí misma no es buena para la economía".

Cuando aún no se había superado todas las secuelas económicas del covid, que provocó la mayor caída del PIB en tiempos de paz, estalló el conflicto de Ucrania. "La recuperación postcovid era incompleta", apuntó. Europa, en su conjunto, alcanzó los niveles de riqueza previos a la pandemia a finales de 2021, pero España aún está a tres puntos de alcanzar este umbral. "No hemos salido del shock inédito anterior y nos metemos en otro", agregó.

Otras de las novedades del contexto actual es la elevada inflación, un problema del que "se vuelve a hablar por primera vez en 40 años", señaló Martínez. En este sentido, diferenció dos fases en la subida de los precios. La primera se generó cuando la economía global se reactivó tras pararse por el covid, pero con una demanda que se recuperó "mucho más rápido" que la oferta, lo que provocó cuellos de botella y tensiones en las cadenas logísticas. La segunda se produjo con el estallido de la guerra, que ha causado "otra ronda de presiones" en los precios de materias primas.

"El riesgo cuando estos episodios se concatenan es que la inflación se cronifique", afirmó. Sin embargo, desde el servicio de estudios de Ibercaja no creen que esto va a ocurrir y que volverá a niveles "normales" el año que viene.

Este contexto inflacionista ha pillado a contrapié a los bancos centrales tras "años de políticas ultraexpansivas" de inyectar liquidez y bajar los tipos de interés para combatir la amenaza de la deflación. "Les ha cambiado radicalmente el escenario. Está en juego su credibilidad. Su mandato es controlar la inflación, con lo cual no se pueden permitir no actuar como estamos viendo, recalcó. De hecho, ya han empezado retirar estímulos y subir el precio del dinero.

Fortalezas y amenazas

En cuanto a la economía española, "hay luces y sombras", según Martínez. Entre las primeras incluyó la competitividad que denota la balanza exterior positiva de los tres últimos años, una acumulación del ahorro "sin precedentes" entre familias y empresas --"un gran colchón para el shock de la inflación"- y el crecimiento de empleo, con casi medio millón más de afiliados más que antes del coronavirus. Entre las debilidades nombró la "elevadísima dependencia energética" y el incremento de la desigualdad social dado el mayor impacto de la inflación entre los familias de rentas bajas, que son a su vez las que menos han ahorrado.

También advirtió del retroceso de la productividad, una variable que hay que "seguir con atención" porque es "uno de los determinantes para el crecimiento a medio plazo de una economía". La "buena noticia", agregó, son los fondos europeos de recuperación, destinados precisamente a mejorar la productividad. "La pregunta es si seremos capaces de abordar ese reto", apuntó.

En este contexto, Aragón es un "alumno aventajado" por ser la comunidad autónoma que más cerca está de recuperar el PIB prepandemia, con una evolución más próxima a la media de la Unión Europea que a la de España. A ello se suma que es la segunda con la tasa de paro más baja del país y el pasado año batió récord histórico de exportaciones a pesar de la caída de las ventas del sector del automóvil por los problemas, lo que pone de relieve "la creciente diversificación" de la economía regional. Y en términos de PIB per capital, ocupa el quinto mejor puesto y con una brecha positiva respecto al promedio nacional más elevada que nunca.

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