La asociación Mariano Castillo Carrasco reanudará mañana en el cementerio de Belchite la excavación de fosas de represaliados de laguerra civil que inició en octubre de 2021 y que se suspendió con la llegada del invierno. Hasta la interrupción temporal de los trabajos, el equipo de arqueólogos encargado de la exhumación, había logrado extraer los esqueletos de 44 fusilados.
Pero su labor todavía se halla lejos de estar acabada. «Aún faltan por extraer los restos óseos de 22 personas», señaló ayer José Vidal, responsable de la entidad memorialista, que cuenta con el apoyo de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón.
«A no ser que los huesos se hallen bajo andadores y cuarteles de nichos se podrá seguir avanzando en la excavación», explicó Vidal, que comentó que el objetivo es terminar este año todo el trabajo pendiente.
Aparte de la fosa principal, que se halla dentro del camposanto de Belchite, los excavadores abordarán las doce fosas colectivas que se considera que existen en el perímetro exterior del muro que enmarca el cementerio. En estas se cree que están enterradas numerosas personas de la localidad y de pueblos del entorno que fueron fusiladas al comienzo de la guerra de 1936 por sus ideas republicanas. También puede haber otros enterramientos en otras partes del interior del cementerio.
Muestras de ADN
En total, ahora el proyecto cuenta con una subvención de 30.000 euros aportados por el Gobierno de Aragón. Se han ido haciendo catas y se ha podido averiguar que las fosas pendientes de exhumación son alargadas y contienen un número variable de personas fusiladas.
La exhumación llevada a cabo en Belchite ha recibido una gran atención por parte de descendientes y familiares de los represaliados que constan como enterrados en el cementerio del pueblo. Y el pasado otoño ya había 40 personas que ofrecieron dar muestras de ADN con el fin de facilitar la identificación de los restos óseos que se van encontrando a medida que avanzan los trabajos.
Entre los fusilados figuran los abuelos maternos del cantautor Jean Manuel Serrat, que eran de la localidad zaragozana y se significaron por sus ideas republicanas.
Con todo, la identificación de las víctimas puede resultar muy ardua. Se ha podido comprobar, en efecto, que los restos que van aflorando a medida que se excava, se encuentran muy deteriorados tanto por el paso del tiempo, como por el tipo de tierra que los cubría.
Ilusión popular
Además, con el fin de borrar las huellas de sus crímenes, los elementos falangistas que perpetraron la represión, utilizaron abundante cal, que ha ido disolviendo los tejidos óseos.
Belchite fue una localidad que sufrió profundamente durante la guerra civil española. Es muy conocida por el cerco al que la sometió el Ejército republicano en una ofensiva fallida lanzada en 1937 y con la que pretendía llegar a Zaragoza para tomar la ciudad.
Pero antes de esos hechos, que acarrearon la destrucción del pueblo, la población zaragozana fue escenario de una salvaje represión por parte del bando sublevado. Su objetivo declarado era eliminar físicamente a todas las personas de la zona que profesaban ideas republicanas o que, de una forma o de otra, habían mostrado simpatía hacia el régimen alumbrado en medio de la ilusión popular por las elecciones de abril de 1931.
Críticas a la DGA por impedir la planificación de exhumaciones
La Plataforma de Acción por la Memoria de Aragón (Pama) ha criticado al Gobierno de Aragón porque impide a las asociaciones memorialistas planificar las posibles exhumaciones de víctimas del franquismo, ya que, señalan, desconocen las exhumaciones aprobadas por Aragón para ese II Plan de Fosas financiado por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, así como las cantidades asignadas.
Desde Pama recuerdan que en 2018 se aprobó la Ley de Memoria Democrática de Aragón pero que «a día de hoy aún no se ha desarrollado» y continúan «los incumplimientos» por parte del Gobierno de Aragón, en cuanto a resignificaciones, banco de ADN, censo de víctimas o actualización del mapa de fosas de Aragón. Afirman además, que en febrero se les solicitó a las asociaciones memorialistas que enviaran una descripción de los proyectos y el presupuesto necesario y que lo hicieran a través de Pama, y todos lo hicieron así salvo en el caso de las fosas de Belchite. La asociación señala que las asociaciones desconocen si tienen asignadas ayudas pese a que el Gobierno de Aragón dio a conocer a principios de este mes que a Aragón le corresponden casi 116.000 euros, de los cuales 30.000 «podrían ir a Belchite», señalan. Es por eso han mostrado su malestar porque, dicen, la mayor parte de las asociaciones aragonesas, así como los técnicos encargados de muchos de esos trabajos, «desconocemos cuales son las exhumaciones aprobadas por Aragón para ese II Plan de Fosas» financiado por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, así como las cantidades asignadas.
Además, este 2022 aún no se han convocado las subvenciones que el Gobierno de Aragón dedica a materia de Memoria Democrática y eso que ya estamos a mediados de año y recuerdan que el año pasado se hizo a finales de mayo y la resolución definitiva fue publicada en el BOA el 5 de octubre, siendo que desde las asociaciones llevan tiempo reclamando una serie de mejoras en los plazos para que se puedan resolver a principios de año. H