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JORNADA INFORMATIVA ORGANIZADA POR EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

Las cooperativas buscan su oportunidad en medio de la coyuntura actual

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Desayuno-coloquio sobre cooperativismo en Aragón organizado por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.Carlos Gil-Roig

La crisis sanitaria, el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia y la subida del coste de materias primas son algunos de los factores que afectan a la producción en las sociedades cooperativas de España. En Aragón son 160 las cooperativas agroalimentarias, agrupadas en 14 sectores productivos, formadas por más de 51.000 familias. A fin de abordar temas como la sostenibilidad, la conciliación laboral, la vocación agroganadera o la apuesta por el talento joven, EL PERIÓDICO DE ARAGÓN organizó un desayuno informativo, donde representantes de instituciones cooperativas tuvieron un espacio para debatir sobre el presente y el futuro de este modelo. Un foro moderado por el subdirector de este diario, Ricardo Barceló, que tuvo el Teatro Romano de Zaragoza de fondo.

Problemas y fortalezas

Carmen Urbano, directora general de Promoción e Innovación Agroalimentaria del Gobierno de Aragón, comentó que, desde su perspectiva empresarial, hay cierta tensión en los mercados internacionales. La crisis ucraniana provoca que aumente el coste de muchos bienes de producción, algo que afecta a todas las economías prácticamente por igual. El hecho de que en la Unión Europea exista un mercado común se debe considerar como una fortaleza, lo que deja a las cooperativas en una posición favorable para salir de esta situación tan compleja en la que se encuentran. 

Foto de familia de los participantes en el desayuno de trabajo sobre cooperativismo

Urbano afirmó que lo más preocupante es la incertidumbre porque «cada uno, desde su responsabilidad, maneja cierta cantidad de información pero no hay datos suficientes para poder predecir el futuro, lo que provoca inseguridad». La climatología, explicó, es un claro ejemplo de incertidumbre, es algo que no se puede prever completamente y con lo que hay que lidiar día a día. La directora general habló del melocotón de Calanda, arrasado por tormentas de granizo. Afirmó que aquellos que estén preparados y puedan anticiparse a cualquier problema tendrán más posibilidades de éxito. En los sectores de agricultura y ganadería, el sector primario, son los que tienen la responsabilidad de alimentar al mundo, por ello, resaltó que «son las cooperativas las que están alimentando el futuro». 

Nogués: «La tecnología es muy importantes pero necesitamos gente que la aproveche»

Incertidumbre

Las cooperativas de nuestra comunidad podrían ser competitivas a la hora de producir cualquier tipo de alimento, según el presidente de Cooperativas Agroalmientarias de Aragón, José Víctor Nogués. «El gran problema del momento es la incertidumbre provocada por la inestabilidad de los mercados y la compra de materias primas», subrayó Nogués y consideró que el hecho de producir en Aragón con agua de calidad provoca que los regadíos de la comunidad sean tan productivos como «los mejores del mundo».

José Víctor Nogués, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón.

En ganadería, afirmó, Aragón está a niveles europeos compitiendo con cualquier país, pero el problema es que deben mantener los mismos costes que sus competidores para conseguir producir de manera similar. Nogués comentó que hay una elevada competitividad ya que los consumidores locales están dispuestos a pagar un precio más alto por un producto extranjero frente a un producto de cercanía que tenga una trazabilidad y que esté hecho en «nuestra tierra». Confesó que hay productos que no se podrían fabricar en Aragón pero sí se puede asegurar la alimentación en Europa con productos locales, siempre que se tenga «una Europa productiva, no de paisaje». 

Valor añadido

El presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón aseguró que si se quiere tener personas en los pueblos aragoneses «se necesitan una agricultura y ganadería sostenibles y rentables». Aunque las tecnologías sean muy importantes en la ganadería, aseguró, lo que se necesita en los pueblos es gente que las aproveche. Y apostilló que la alimentación en Europa es posible, «siempre y cuando se tenga en cuenta las personas y siendo rentables».

Carolina Luna, codirectora de Cooperativa Ganadera de Caspe, consideró que el sistema cooperativo es «irrepartible», es decir, es un sistema que a nivel social está muy arraigado al territorio, no se va a deslocalizar. Además, añadió, es un modelo que «trabaja en el presente pero para las generaciones futuras, explota un presente con vocación de futuro».

Carolina Luna, codirectora de Cooperativa Ganadera de Caspe.

Con estos dos conceptos a nivel social, Carolina Luna definió al modelo cooperativista como «un sistema muy generoso». Estableció que la misión como cooperativa es la de garantizar la viabilidad y la sostenibilidad económica de las empresas familiares ofreciéndoles la ventaja competitiva propia de las cooperativas y así, a su vez, los socios reinvierten su beneficio en territorio y en el futuro, aportando valor.

Urbano: «Las cooperativas tienen la responsabilidad y el deber de alimentar el futuro»

En cuanto a la pregunta sobre los retos o desafíos a los que se pueden enfrentar, Luna destacó la combinación de diversidad que se está viviendo actualmente en el entorno rural. Indicó que ha llegado el momento de combinar, por un lado, «la madurez del sector, personas que han estado toda su vida trabajando de ello y, por otro lado, gente joven de entre 25 y 35 años que aporta ganas, actitud y formación. Saber combinar esa experiencia con la novedad y la formación puede enriquecer mucho el modelo cooperativista», afirmó.  

Crisis mundial

Por su parte, José Antonio Guerrero García, director territorial de Cajamar, afirmó que las cooperativas aragonesas son mejores de lo que se puede llegar a pensar. 

Guerrero afirmó que el sector agroalimentario se ha puesto en valor de manera significativa a pesar de la crisis que azota a la economía mundial desde hace tiempo. Además, añadió que con la pandemia el sector alimentario se ha convertido en una «fortaleza», ha demostrado lo bueno que es para evitar rupturas en las cadenas de suministros. Sumó también a esas bondades los términos de cooperativa y sostenibilidad y explicó que "las cooperativas deben ser sostenibles en los ámbitos social, económico y medioambiental".

José Antonio Guerrero García, director territorial de Cajamar.

Esa combinación de sostenibilidades, aseguró, «debe hacerse de manera óptima y equilibrada». Y apuntó que gran parte del valor añadido en Aragón se pierde por la industria de transformación que no está en la comunidad. 

Guerrero también abordó un nuevo tema al hablar sobre las tecnologías y su correcta aplicación en estas sociedades. Gracias a ellas, añadió, «se pueden encontrar soluciones rentables a grandes problemas, pero siempre sabiendo cómo usarlas». 

Tamaño y márketing

Carmen Urbano tomó la iniciativa confirmando que el sector agroalimentario en Aragón es «estratégico». Es la primera industria empleadora de Aragón, siendo el sector que más crece en exportación y siendo vertebrador del territorio. Pero «para que la agroindustria se desarrolle es necesario tamaño y marketing», aseguró.

Carmen Urbano, directora general de Promoción e Innovación Agroalimentaria del Gobierno de Aragón.

Resaltó la importancia del departamento de marketing en las cooperativas ya que es la clave para que la entidad se haga ver y se pueda vender frente al resto de la población. «El tamaño de las sociedades es lo que va a permitir tener más recursos y potenciar sus mercados nacionales e internacionales, además de invertir en I+D, no solo para el producto, sino para saber cómo competir y cómo generar valor», subrayó. 

Alianzas

A la hora de producir como cooperativa, todos los participantes coincidieron en que es muy importante crear alianzas, ya sea con otras cooperativas, con instituciones gubernamentales o con empresas privadas. A pesar de ese acuerdo en la necesidad de crear alianzas, José Antonio Guerrero hizo hincapié en «crecer sumando», en apostar por la gente que ya se tiene en las cooperativas, trabajar con ellas para ya, después, abrirse a nuevas colaboraciones.

Guerrero: «No hay que tener miedo a la competencia si puedes aprender de ella»

Recalcó que lo más importante es «no perder la visión general de la sociedad para no perder la esencia del trabajo de las cooperativas».

Carmen Urbano defendió que «no hay que tener miedo a aliarse con empresas» porque, al fin y al cabo, la cooperativa es una empresa que tiene un valor social que hay que transmitir. Con ello recalcó «la importancia de saber comunicar y explicó que no sirve de nada producir un insumo si no tienes la capacidad de presentarlo a la sociedad de manera correcta». 

Profesionalización

Por su parte, Carolina Luna comentó que para conseguir aportar valor a las cooperativas hay que «apostar por una buena profesionalización». Ejemplificó que en la Cooperativa Ganadera de Caspe crearon una escuela de líderes donde los trabajadores pudieron adquirir nuevos conocimientos, no solo en gestión, sino también en innovación y desarrollo, entre otros. Afirmó que todo «ese conocimiento adquirido se traduce en una mejor toma de decisiones en los tiempos convulsos que ha tocado vivir». 

Luna recalcó que, sobre todo, «el activo más importante en una cooperativa son las personas y como tal se tiene que invertir en su formación». Nogués añadió que, además de apostar por la profesionalización en ámbitos como la gestión y la innovación, también hay que hacerlo en el sector de la comunicación para poder hacer llegar la labor de los cooperativistas a un mayor número de gente que, a su vez, podrían aportar valor a la producción.

Luna: «Toda esa profesionalización de los trabajadores se traduce en una mejor toma de decisiones»

Competitividad y colaboración

La competitividad, coincidieron los participantes, es necesaria a la hora de crecer. Guerrero explicó que «no hay que tener miedo a la competencia si puedes aprender de ella», y aseguró que cada vez son más los empresarios que aprovechan congresos y eventos para hablar con competidores y ver diferentes puntos de vista que siempre enriquecerán el trabajo realizado. 

Urbano añadió que el competir los unos con los otros solo resulta una «pérdida de tiempo», y recalcó que en España hay una gran riqueza alimenticia y no merece la pena estar compitiendo con nuestros «vecinos autonómicos» para que los consumidores elijan nuestra marca.

Los asistentes coincidieron en que, sobre todo en territorios pequeños, la rivalidad entre cooperativas locales es abismal, y tendría que haber un intento de sentarse a negociar, unir fuerzas y conseguir una producción más rentable que favorezca a todas las partes. Urbano puntualizó que, por el momento, la única manera de crecer es «obligando a las cooperativas a crecer», mediante regulaciones impuestas. 

Nogués sintetizó que en la mayoría de los casos se crece por necesidad, como medida reactiva a un suceso inesperado y eso es algo que debería cambiar, buscar una actuación más proactiva, crecer y cooperar por un bien mayor, no solo porque no queda otra opción. 

Futuro y vocación

La formación y el relevo generacional son las bases de las cooperativas. «Necesitan gente joven con formación pero también con vocación», afirmó Nogués quien señaló que ahora mismo «hay madera» para trabajar pero se necesita gente con vocación. Además, añadió que, aunque la vocación sea muy importante también hay que tener en cuenta el patrimonio para poder trabajar en agricultura y ganadería.

Aseguró que se ha llegado a una situación en la que no se puede empezar de cero si no se tienen unos recursos determinados. Otro factor que se tiene que tomar en cuenta a la hora de trabajar en el medio rural es la propia vida en ese entorno, explicó. «Hoy día la gente va a los pueblos de vacaciones, no los quieren para vivir», sentenció Nogués.

Talento joven y femenino

Otro de los temas que se abordaron fue la presencia de la mujer en las cooperativas. Nogués comentó que en su cooperativa de Sariñena los mandos intermedios están ocupados por mujeres: ingenieras, biólogas, veterinarias… Pero por otro lado, en el consejo rector y la asamblea casi no hay mujeres porque no es compatible con el cuidado de los hijos.

En este punto, Urbano rebatió que esas trabajadoras no están en los consejos rectores y asambleas por la «falta de corresponsabilidad y conciliación» y reconoció que muchas mujeres aún no consiguen romper el techo de cristal. Urbano también admitió la existencia de un problema social, y puso de manifiesto la necesidad de desarrollar la corresponsabilidad y la conciliación laboral y familiar, siendo este uno de los grandes problemas en cualquier empresa o sociedad.

Carolina Luna explicó que una organización es «un equilibrio entre continuidad y cambio y hay que asimilar ese relevo generacional como una apuesta por el futuro». Por ello, hizo suya la frase de su cooperativa en Caspe: «el cambio duele, pero el no cambio, mata». Ella misma es un claro ejemplo de la apuesta por el talento joven y femenino. Carolina y su compañera han asumido la codirección de la cooperativa mediante «un proceso totalmente preparado, estratégico y planificado». Por ello, afirmó, «el cambio se predica con ejemplos, con atreverse y darse esa oportunidad». 

Según datos que aportó Carmen Urbano obtenidos por el departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón, solo un hay un 2% de mujeres en consejos rectores y solo 16% son socias cooperativas, «unas tasas muy bajas» y que demuestran que se necesita un cambio que apueste por el futuro y la diversidad.

Conclusiones

Para cerrar el debate, los participantes hicieron una labor de prospección del futuro. Así, Carmen Urbano señaló a las de alianzas, la profesionalización y el marketing como los tres pilares sobre los que se deberían sustentar todas las cooperativas.

José Víctor Nogués coincidió con Urbano en la necesidad de intercooperación, ya sea con empresas o con entidades financieras. Recalcó que desde Aragón se necesita definir un modelo de producción aragonés, al margen del nacional o el europeo. Añadió también la necesidad de conseguir parte de las comodidades que ofrece una ciudad para el entorno rural y así atraer a un mayor número de personas.

Por su parte, Carolina Luna apostó por la sostenibilidad económica, social y medioambiental, por el relevo generacional y por el desarrollo de estrategias con vista, por lo menos, a seis meses. Recalcó la importancia de las personas y la búsqueda del talento joven y femenino. Además, reafirmó la necesidad de crear alianzas con otras cooperativas, entendidas como sinergias y no como competencias. 

Por último, José Antonio Guerrero, incidió nuevamente en la importancia de las personas, del «nosotros», de confiar en el equipo. Mencionó también la tecnología, el i+D+I, y la certeza de que cualquier problema futuro se resolverá con tecnología e innovación. Su tercer eje fue la generación de valor, «¿qué estamos haciendo y cómo lo hacemos?». Y quiso dejar claro que el fin último de una cooperativa no debe ser el producir a bajo coste, sino hacerlo con los medios y las personas adecuados para que el producto genere riqueza, tanto para el productor como para el consumidor.

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Desayuno Cooperativismo en AragónCarlos Gil-Roig

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