El Periódico de Aragón

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EL EFECTO DOMINÓ

Los desguaces en Aragón: Chatarra de más de 20 veinte años

Estos centros también sufren los efectos y ya notan cómo cada vez llegan vehículos más antiguos | En ‘Desguaces Valero’, lo más moderno es del 2005

En este desguace, han notado un descenso del 25% en los coches que llegan hasta allí. ÁNGEL DE CASTRO

Parachoques, llantas, faros, neumáticos y chatarra. Mucha chatarra. Esto es lo que uno se puede encontrar a golpe de vista en un desguace. Puede parecer que estos centros permanecen ajenos a la vorágine de incógnitas que se están desatando en el sector de la automoción. Lo cierto es que tienen mucho que decir. Y es que el efecto dominó les ha terminado por empujar a la pista y les pone también en la casilla de salida.

Valero Moreno es el propietario del desguace que lleva su mismo nombre. En ‘Desguaces Valero’, han notado «un montón» el aumento de la antigüedad en los vehículos que llegan hasta allí: «Ahora te entran vehículos de 20 años e incluso alguno de 30. Lo más moderno que llega es del 2004 o 2005, pero todo lo demás es del 2000 al 2004. También de antes, eh. Son coches muy viejos».

Valero aprovecha este momento de dar cifras para explicar cómo ha cambiado el negocio del desguace: «Antes, a algunos coches de más de diez años, había que hacerles una especie de escrito o certificado de que llevaban más de 200.000 kilómetros para que pudieran entrar. Fíjate».

Ese envejecimiento del parque móvil y el menor número de nuevas matriculaciones que se está registrando, repercute negativamente en el desarrollo de su actividad. Que ni decir tiene que al sector del desguace le conviene un mercado activo y no estancado como ahora.

Valero ha notado que el número de vehículos que entran en su desguace se ha visto reducido en un 25%. Entre ellos, enumera algunos modelos de Renault, Seat o Peugeot. Para él, los motivos que llevan a la gente a aguantar su vehículo son «muchos», lo que hace que los clientes se dividan en dos grupos: «Por un lado, unos no se lanzan porque no tienen dinero para comprarse un coche. Y los otros están pensando a ver qué pasa con los coches eléctricos e híbridos. Principalmente, diría que la gente no tiene la economía suficiente para adquirir uno nuevo».

Precisamente, en este desguace de la carretera Castellón ya reciben de por sí vehículos «más antiguos» porque su actividad está más orientada al reciclaje que a la comercialización de piezas.

«No hay los suficientes vehículos nuevos como para satisfacer la demanda por la falta de chips y la fatal circulación de las piezas de recambio. Entonces, la gente opta por comprar un coche de segunda mano que no sea muy viejo para ir tirando de momento», asegura Valero.

Sin embargo, los problemas comienzan a aparecer con mayor asiduidad en este tipo de vehículos y, precisamente, preocupa cuando empiezan a ser recurrentes: «Al final, no se puede tener el coche en el taller una semana y a la siguiente otra vez. Es lo que hay».

También hay quien se dedica a coleccionar coches antiguos a modo de hobby. Para ellos, no hay problema, pues poco a poco «se lo van manteniendo, apañando y acumulando piezas del desguace».

«Lo que nos preocupa es que siga habiendo el suficiente flujo de vehículos como para cumplir con las toneladas mensuales de chatarra y de otros instrumentos como catalizadores, baterías o ruedas que son bastantes comunes a la mayoría de los coches», finaliza. 

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