Síguenos en redes sociales:

Francisco Javier Falo, en la entrada del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón.ANGEL DE CASTRO

Política sanitaria

Francisco Javier Falo: "En otoño quizá tengamos que recomendar recuperar la mascarilla"

El director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón vaticina que la próxima campaña de vacunación será complicada porque habrá que poner 700.000 dosis de gripe y covid entre septiembre y diciembre y quizá no comiencen al mismo tiempo

Tras dos años y medio sin vacaciones, ha podido cogerse unos días. Ha habido momentos muy duros.

Sí. Nadie preveíamos ni el arranque de la pandemia ni luego el transcurso que ha tenido. Yo creo que una de las cuestiones más complicadas es la gestión de esta situación transitoria, desde que hemos acabado ese modelo de gestión de pandemia duro a la situación actual, con menor mortalidad, menor impacto, pero que mantiene una incidencia en la enfermedad altísima. Nunca se había descrito una enfermedad transmitida al nivel que se transmitió el covid en navidades. Pero es que esta última onda, de la que parece que estamos ya al final, hemos llegado a incidencias muy altas para una enfermedad infecciosa, sobre todo en verano. Estamos hablando de incidencias de 400 o 500 por cien mil, eso es una barbaridad. La pandemia nos ha puesto números tan exageradamente altos que se ha producido una especie de costumbre, de asumir los datos con cierta normalidad. 

¿Cómo calificaría el cambio de estrategia de control del covid?

Era inevitable porque no se podía mantener una gestión de la pandemia como la que estábamos teniendo hasta entonces. Hay que darse cuenta que a estas alturas hace un año estábamos diagnosticando todos los casos sintomáticos de enfermedad respiratoria que se producían en nuestra comunidad autónoma y a nivel general en todo el país. Cuando tenemos una incidencia tan alta y además se va produciendo cada vez más la concurrencia de una enfermedad leve, es imposible para un sistema sanitario estar tanto tiempo volcado en una enfermedad que poco a poco va adquiriendo esos signos de levedad. Era inevitable hacerlo, creo que era un paso previsto y que teníamos que hacer y que luego, analizado, creo que no ha funcionado mal. Nos ha permitido seguir conociendo la incidencia y centrarnos en lo que era más importante.

Ahora estamos en incidencias bajas, pero son casi 160 hospitalizados, cifras que aunque no llegan a los de otras olas siguen siendo altos.

Estamos bajando muy rápido. Ya llevamos varios días con incidencias menores a 100 por cien mil a 7 días, las de 14 días las notaremos también bajar muy rápido, e incluso las ucis y las hospitalizaciones la veremos bajar y serán más contenidas. ¿Hasta qué punto llegaremos? Ya veremos. Pero esta rapidez en la baja de la incidencia nos hace pensar que notaremos todavía más la bajada en la ocupación convencional y de uci. Puede ser que de uci lleguemos a un nivel del que no podamos bajar porque hay personas cuya estancia en la uci se prolonga mucho en el tiempo y si tenemos 2 o 3 personas así es difícil que bajemos más allá de ese nivel.

"La viruela del mono apunta a que puede quedarse entre nosotros"

¿Los ingresados son personas mayores, vulnerables o hay otras complicaciones?

Se sigue manteniendo un fenómeno y es que el sistema es muy complicado y de hecho vamos a modificar el sistema de información a ver si podemos discriminarlo un poco mejor. Es el de las personas ingresadas por covid y con covid. Eso nos pasa en covid y en todas las enfermedades, porque a veces la circunstancia de tener covid es un hallazgo casual cuando una persona se le hace un test porque tiene que ingresar por otra razón. Eso es muy difícil de discriminar. Quizá explicándolo se entienda pero a la hora de poder etiquetar a las personas es muy complicado y eso todavía lastra algunos números. Es verdad que está afectando a los mayores, pero también que hay un porcentaje de personas pueden terminar hospitalizadas por razones diversas, o bien porque tienen una patología pero pueden tener una complicación en un momento determinado.

Sorprendió el otro día cuando auguró otra onda en otoño.

(risa) No es para preocupar. Es para situarnos. Si algo nos está enseñando este virus es que esta pandemia no acabará porque el virus desaparezca o deje de circular. .La pandemia nos ha enseñado es que el virus se ha hecho presente entre nosotros, ha ido mutando, cambiando sus cepas (Wuhan, Alfa, Delta, Ómicron…) pero no ha dejado de star presente. Conforme ha dio avanzando la pandemia, la gravedad y la virulencia ha disminuido, porque nos hemos ido generando inmunidad como sociedad, pero la transmisión no ha caído. La onda más explosiva fue finales del 21 y principios del 22. El virus va a seguir circulando en este formato o con nuevas cepas y para eso es para lo que tenemos que prepararnos. ¿Qué pasará en otoño? Que de nuevo volverá a circular, en formato de onda epidémica. 

"Puede ser que lleguemos a un nivel de ingresos en uci del que no podamos bajar"

¿Otra vez?

El virus no se estacionaliza, sigue estando presente en verano. Los virus respiratorios en otoño e invierno tienen dos particularidades, que nosotros estamos más en recintos cerrados, que es muy importante a la hora de transmisión porque ahora en verano estamos más al aire libre. Y segundo, que las temperaturas frías en algunos momentos hacen que los procesos respiratorios se compliquen con más facilidad. Y esas dos circunstancias hacen que los virus respiratorios tengan más impacto. Y eso es a lo que en teoría nos podemos enfrentar en otoño e invierno. Es lo que decía, que es incierto pero es lo que vamos a tener que gestionar.

No nos olvidamos entonces de la mascarilla, la distancia social, higiene...

Creo que no y probablemente es un mensaje del ámbito de la recomendación pero es fácil que tengamos que recuperar. En la medida que tenemos que hacer más vida en espacios interiores , vamos a tener que enfrentarnos a posibles transmisiones del virus, probablemente tengamos que recuperar los mensajes básicos, de mascarilla, higienes, cuidado en el contacto con los mayores. Ojalá me equivoque y no tengamos que hacerlo pero no es de las situaciones. Si me preguntaras otra cosa…

"La pandemia debe generar un debate consensuado sobre nuestro sistema público de salud"

El confinamiento no lo planteamos, claro.

Eso no tendría sentido. Tendría que ser algo inaudito e imprevisto, ya que no los hemos practicado desde finales del año pasado con situaciones complicadas, con transmisiones nunca conocidas. Pero sí parece lógico que tengamos que recuperar mensajes que nunca se han dejado , porque la recomendación sigue siendo la misma: para una persona en situación de vulnerabilidad, mantener la mascarilla es una recomendación.

Echando la vista atrás. ¿Qué se ha hecho bien y mal en la gestión de la pandemia?

Creo que hemos tenido que gestionar incertidumbre y eso es muy complicado. Si analizáramos momento a momento, habría medidas que tendríamos que haber tomado unas semanas antes, y otras no tanto. El problema es que hemos ido gestionando incertidumbre, tomar decisiones rápidas, pero echando la vista atrás, yo creo que hemos hecho una gestión, diría, que satisfactoria. No lo digo solo por Aragón también ha nivel nacional porque ha sido una situación nunca vista y seguro que ha habido situaciones que de volverse a producir habría que gestionar de otra manera. Por ejemplo, se nos ha olvidado ya la carencia de los Equipos de Protección Individual (Epi) del principio, que nos debería hacer pensar lo vulnerables que nos hace la dependencia de terceros países, respecto a las compras y suministros, que podemos entender que son esenciales. Deberíamos aprender de eso.

¿Y qué más?

El sistema ha dado muestras de una capacidad de adaptación enorme, y también de mucho cansancio; porque la elasticidad a situaciones complicadas y menos complicadas ha sido posible, pero eso no es inacabable y todos los sistemas sanitarios acaban resistiéndose porque no se puede hacer de una manera interminable. El sistema necesita resituarse, repensarse, readaptarse, sobre todo a una situación postpandémica que va a ser complicada de gestionar. El virus no se acaba, estamos en una situación de transición que se nos alarga en el tiempo. Al mismo tiempo que se termina de gestionar la pandemia empiezan a resurgir situaciones que no habían desaparecido pero se habían sumergido debajo de esa marea que es la pandemia y cuando el oleaje empieza a retirarse empieza a evidenciarse todo eso que estaba sumergido. Estamos en situación compleja y complicada, porque tenemos que gestionar la finalización de la pandemia y porque en otoño invierno vamos a tener que vacunar y no va a ser una situación menor. Tenemos la situación de poner las nuevas vacunas de covid, que podemos estar hablando de 300 y 400.000.

La cuarta dosis. 

O la x dosis porque para unos la tercera, para otros la cuarta, y serán otras tantas, 300 o 320.000 de gripe y el sistema sanitario, que aún soporta muchas tensiones, se va a tener que enfrentar en otoño e invierno, fundamentalmente la Atención Primaria, con la necesidad de poner 700.000 dosis entre septiembre y diciembre. 

Se pondrán juntas?

Intentaremos, pero ¿qué pasará? En ese otoño incierto, una de las incertidumbres es cuando vamos a tener disponibles las nuevas vacunas de covid y las de gripe, que tienen también perfiles nuevos este año porque la tecnología en vacuna de gripe se ha modificado mucho en los últimos años. Y será complicado que en la segunda quincena de septiembre tengamos las dos.

¿Cuándo llegarán?

Tenemos la estimación de que covid llegará la segunda quincena de septiembre pero tenemos que confirmarlo. Y gripe podría ser que hasta primeros de octubre no las tuviéramos. Si se diera esa circunstancia lo que haríamos sería empezar por covid, porque a diferencia de la que usamos hasta ahora incorpora las últimas cepas circulantes, y nos interesaría ponerla cuanto antes sobre todo en la población muy mayor y en la población residencial porque es un refuerzo a efectos de enfermedad grave, pero también para contener la transmisión. Es la mejor manera de prepararnos ante una nueva hipotética nueva ola.

La tercera dosis ha ‘pinchado’ entre los jóvenes.

En realidad cuando ves datos globales, solo el 55% se ha puesto tercera dosis, pero al ver desglosados por edades… Los mayores de 60 años se han vacunado por encima del 90%. ¿Quién se ha vacunado solo una tercera parte? Los jóvenes, que probablemente han tenido varias razones para no vacunarse. Una que ven la enfermedad de otra manera y esa es muy importante, porque las consecuencias que te genera son menores, las molestias de vacunarse se ven de otra manera, sopesas más las molestias que lo que te protege. Eso es una situación general, en esta enfermedad y en cualquiera. Venimos cansados de covid, como nunca pensamos que nos íbamos a cansar, incluso de la vacunación de covid. La fatiga pandémica ha llegado a generar fatiga de vacunación. Hay un segundo elemento, ¿cuánta gente joven pasó la enfermedad en Navidad? Muchísima, tanta que una buena parte no pudo vacunarse porque no habían transcurrido los cinco meses que recomendamos. Pero si leemos documentos de las versiones de documentos de vacunación del consejo Interterritorial decíamos que teníamos que centrarnos en los más vulnerables. Si proponemos otra dosis adicional ahora, volveremos a tener un fenómeno similar. Y tenemos que tener claro que una persona, por ejemplo de 30 años, puede que decida no vacunarse, pero para nosotros, como sistema sanitario, es fundamental que los mayores de 60 se vacunen con la mayor intensidad posible, y que los que tengan una enfermedad, también. Lo otro será, si se me permite la expresión, un mal menor.

Decía antes que la gripe estaba tapada.

Tapada no, la gripe no ha existido. Hay enfermedades que han estado tapadas, por ejemplo, procesos crónicos… Pero el fenómeno que hemos tenido respecto a enfermedades infecciosas es posiblemente otra de las cosas que no veremos nunca más.

¿Volveremos a niveles prepandémicos?

La mascarilla nos ha protegido no solo de covid, también de otras enfermedades infecciosas. Este año hemos tenido algo de gripe, poquito, pero la temporada 20-21 no tuvimos gripe. No hemos tenido prácticamente meningitis, tosferina, parotiditis, todas aquellas enfermedades de transmisión por vía aérea, contacto o por gotas han caído de una manera absolutamente inusual. Por eso nos preocupa un escenario de otoño donde hemos perdido medidas como las higiénicas, la mascarilla, la distancia… Lo lógico es pensar que esos procesos infecciosos que habían desaparecido puedan volver a aflorar porque los gérmenes están y lo que habíamos puesto eran barreras a la transmisión.

Y aparece otra enfermedad, la viruela del mono. 52 casos en Aragón, cinco en la última semana.

Probablemente lo que pasará es que esta onda epidémica que es está produciendo en Europa y en España por la viruela del mono se comportará como todas las ondas. Sube, llega a un pico y baja. Mucho me temo que no vamos a ser capaces de eliminarla o de erradicarla. Puede ser que apunte a ser un virus, con todas las cautelas, que pudiera quedarse entre nosotros y en un momento determinado pueda tener un formato de brotes.

El director general de Salud Pública, en su despacho, esta semana.

Aragón no está teniendo mucha incidencia.

No y probablemente tenga que ver con los mecanismos de transmisión. Más de un 90% de los casos son varones, y está relacionado con las prácticas sexuales, con el contacto muy estrecho, con hombres que tienen sexo con hombres, aunque no de forma exclusiva. Y esta práctica hace que sea más complicada la identificación de contactos porque puede tener perfiles de estigma y eso hace muy complicado encontrar contactos. Eso hace que identificar y acabar con la enfermedad sea difícil. Y con las poquísimas vacunas es muy difícil hablar de controlar la enfermedad por la vacunación., pero si podemos proteger a personas con mayor riesgo.

Hablemos del problema de la falta de personal.

Es complicado. Yo no soy competente pero creo que es un problema que ya teníamos antes de la pandemia. La pandemia, como las grandes crisis, pone en valor lo bueno y lo malo, las fortalezas y las debilidades. La pandemia debería generar un debate sereno y consensuado, consensuado por favor, sobre cómo queremos que sea nuestro sistema de salud, y una de las situaciones que hay que abordar es el de los profesionales sanitarios. No nos engañemos, la tecnología nos aportará mucho al sistema, pero la cualidad y la calidad del sistema público son los profesionales que participamos en ella. Esto no se puede responder en un mes ni en un año. Vamos a vivir situaciones apuradas y lo que tenemos que hacer es buscar salidas consensuadas para lo que hoy pueda ser una limitación a medio o largo plazo lo resolvamos.

"Los procesos infecciosos volverán porque hasta ahora estábamos poniendo barreras"

Menudo reto.

Además tenemos el problema de que entramos en un proceso convulso, preelectoral digamos y eso hace que las soluciones sean difíciles de acordar, pero es inevitable. Nuestro problema no solo es que no haya médicos para un centro de salud sino que nuestro problema es cómo preparamos a los profesionales sanitarios, la formación postgrado, pregrado, el acceso a la formación, nuestro modelo como sistema… es algo en lo que deberíamos dotarnos de un modelo que no sea cuestionado en función de quién gobierna.

En ese contexto, no sé si preguntarle por su futuro.

Ahora es el presente. Todos los que nos ha tocado gestionar la pandemia… esperamos el momento de dejar de gestionarla.

¡Regístrate y no te pierdas esta noticia!

Ayúdanos a adaptar más el contenido a ti y aprovecha las ventajas de nuestros usuarios registrados.

REGÍSTRATE GRATIS

Si ya estás registrado pincha aquí.