El Periódico de Aragón

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POLÍTICA

Contracrónica del pleno de las Cortes: Entre necios y guerreras, meditación

La sesión de este viernes en el Parlamento aragonés confirma que el combate será largo y sonoro / Tirando de ironía y a veces rozando el insulto, se multiplica el trabajo de Sada para controlar un renacido frenesí

La bancada popular 8 Mar Vaquero, con Marian Orós y Ana Marín a la derecha y Beamonte a la izquierda, con su grupo parlamentario este viernes. CORTES

Los tiempos y los modos han cambiado en el Parlamento aragonés, que después de una legislatura marcada por vacíos, mascarillas y silencios, ha recuperado pulsaciones en un curso que acabará directamente en las elecciones autonómicas. Cambió todo desde el ascenso de Azcón a la dirección del PP aragonés y la revitalización del grupo parlamentario. Ahora que Luis María Beamonte anda taciturno, a Mar Vaquero la escoltan un grupo de 'guerreras' (Marian Orós, Ana Marín y Carmen Susín) que mantienen en guardia durante horas a la Mesa de las Cortes.

El volumen del pataleo sube por turnos y hay quien anda preocupado porque se empiezan a escapar improperios que rayan la injuria. A buenos ratos hay que decir que da gusto comprobar la energía con la que se emplean las 'guerreras' en las comparecencias de los consejeros; la vitalidad que emplean también al otro lado, donde tampoco se aguantan si están disconformes. Mayte Pérez, Darío Villagrasa o Vicente Guillén no se guardan gestos ni aspavientos cuando la situación lo requiere.

Así que el presidente de la Cámara, Javier Sada, y su segunda, María Rodrigo, tienen trabajo extra desde la vuelta de vacaciones. Si el jueves tuvo que reconvenir a Itxaso Cabrera por calificar a Vox de grupo fascista y el día acabó en algarabía, la mañana del pleno de este viernes no ha sido menos. Empezó fuerte con Mar Vaquero preguntándole a Lambán entre murmullos socialistas si le iba a llamar «paranoica», con la respuesta del presidente tratando de mantener la confianza «en este noble oficio» de la política pero atizando contra los populares por su «inmoralidad», «su absoluta incompetencia» y su afición «a la mendacidad». Y, bueno, paranoica no le llamó, pero le dedicó esto que no hace falta explicar: «Esos apocalipsis e invocación a todos los demonios solo existen en su imaginación».

De mentiras se habla comúnmente en la cámara. Ese 'usted miente y lo sabe' es habitual en unos y otros, tanto como el regreso al pasado –vale cualquier etapa oscura del contrario para sacarle los trapos sucios, nada nuevo por aquí– que crispa a todos pero utilizan los dos grandes como mecanismo recurrente de defensa o ataque. Templar se templa poco, aunque haya gestos divertidos como el de otra 'guerrera', la consejera Pérez, que ha empezado una réplica con las manos arriba y los dedos juntos imitando una meditación (añadiendo el ruidito correspondiente). Cuando no hay insultos, la causticidad es la mejor arma.

Luego está Sada, el presidente que pasa sus malos ratos entre reconvenciones para tratar de mantener impoluta la imagen del Parlamento aragonés. En la sesión ha parado la intervención de Mayte Pérez para que se la pudiera escuchar «igual que antes al señor Ledesma», que además tiene otro turno y «sabrá defenderse solo», dijo con dedicatoria al cuarteto de las populares, donde sobresalía entonces Marín y poco después Susín, que sacó de punto a Pérez Anadón. Este citó a Confucio –aquello del sabio, el dedo y la luna– «para bajar al terreno de los necios» y conseguir algo «inesperado».

«El señor Beamonte ha vuelto al Parlamento», dijo tras la reacción del popular. Todo acabó con Mar Vaquero pidiendo la palabra entre preguntas para, «en virtud del artículo 121.3 que hace referencia a la falta de decoro», protestar por ese «necios» salido de la boca de Anadón. Pero la Mesa no lo entendió así y la algarabía se cerró, otra vez, con el paso al siguiente punto del orden del día. En dos semanas vuelven las refriegas. Y así hasta mayo. Hay vida en las Cortes, mal que le pese al bueno de Sada. 

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