El Colegio de Ingenieros Agrónomos celebra San Isidro con la entrega de premios a sus colegiados

El evento tuvo lugar en el restaurante Aura de Zaragoza y contó con la presencia del consejero Joaquín Olona

El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco celebró su jornada anual con la entrega de premios a sus colegiados.

El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco celebró su jornada anual con la entrega de premios a sus colegiados. / Fabian Simon

Alexia Pavón

El restaurante Aura de Zaragoza volvió a ser el escenario de la jornada anual de entrega de galardones del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco. Con motivo de San Isidro, patrón de los agricultores e ingenieros agrónomos, el Colegio programó esta cita el viernes 19 de mayo para reconocer el trabajo de colegiados y colegiadas y premiar sus méritos y servicios a favor de la agricultura, la alimentación, el desarrollo rural y el propio ejercicio de la profesión. Todo ello en una jornada que contó con la presencia de Joaquín Olona, consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente.

El consejero aragonés Joaquín Olona participó en la jornada.

El consejero aragonés Joaquín Olona participó en la jornada. / Fabian Simon

Como todos los años, en el marco de este día se entregaron los galardones del Colegio divididos en diferentes categorías. Así, el Premio Antonio Esteban 2023 le fue otorgado a Emilia Puig Amorós, la primera colegiada de esta institución y la primera incorporación femenina al Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), dentro de la Unidad de Economía Agroalimentaria.

El Premio Manuel Álvarez Peña 2023, al mejor expediente académico fue para Sandra Calle en la Escuela de Huesca y para Leire Zubieta en la de Navarra. El Premio Francisco de los Ríos 2023, al mejor Trabajo Fin de Máster, se dividió esta edición en dos modalidades. Por un lado, el mejor Proyecto de Ejecución, otorgado a Miguel Bernechea y, por otro, al resto de trabajos, recibido por Elisa Navarro. Y, por último, el Premio a Mejor Tesis Doctoral fue para María Videgain.

 También se entregaron las distinciones a los colegiados con 25 y 50 años de colegiación y a aquellos que cumplen 65 años.

El decano Ángel Jiménez expuso que la actividad del Colegio es fundamental para los ingenieros agrónomos.

El decano Ángel Jiménez expuso que la actividad del Colegio es fundamental para los ingenieros agrónomos. / Fabian Simon

Ángel Jiménez, decano: “Las nuevas generaciones deben saber que esta profesión tiene un gran futuro a la vez que una gran responsabilidad”

El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco desarrolla una importante labor dentro del sector agroalimentario. Su decano, Ángel Jiménez, sostiene que la actividad del Colegio es fundamental para los ingenieros agrónomos. Una actividad que se centra fundamentalmente en dos aspectos: “Por un lado, proporcionar a nuestros colegiados los servicios que necesitan para desarrollar su actividad profesional, como por ejemplo asesoramiento en cuanto a regulaciones, formación en nuevas tecnologías o responsabilidad civil”, afirma el decano. Hay que tener en cuenta que la labor de los ingenieros es muy completa y diversa y por ello el Colegio debe adaptarse a ello y ofrecer campos igual de variados.

“Por otro lado, desde el Colegio cumplimos una función social. Tenemos que dar servicio y garantizar a los usuarios que estos son profesionales y que se dan de acuerdo a unos requisitos de calidad”, señala Jiménez sobre el segundo aspecto. Estas dos facetas deben tener una presencia equilibrada para favorecer el conocimiento de los colegiados.

El personal del Colegio, junto con el decano, tienen el objetivo de fomentar la profesión de ingeniero agrónomo, un trabajo muy necesario en nuestra sociedad para poder afrontar grandes retos del sector agroalimentario: “Además de su importancia económica, tiene una gran repercusión en aspectos como puede ser la sanidad o, derivado de esta, la alimentación”, cuenta. Otro aspecto a tener en cuenta es el estrecho contacto de la profesión con el medio natural. El decano asegura que “las actividades que se desarrollan en esta profesión tienen gran repercusión en recursos naturales como el suelo o el agua”. Por esta razón, las personas que desempeñen estas funciones deben tener una gran formación y especialización.

La promoción de la labor técnica, un reto

En cuanto a los principales retos a los que se enfrenta el sector, Jiménez expresó su preocupación sobre uno en particular: “Nuestro reto fundamental se centra en promocionar la labor técnica del sector agroalimentario. Tenemos una profesión cuya demanda de empleo es superior a la oferta que hay o que podemos proporcionar”, explica. Este déficit de técnicos se debe sobre todo a que “muchas veces esta labor es desconocida o se asocia con estereotipos que no tienen nada que ver con la realidad del medio rural ni con la profesión de ingeniero agrónomo”. El decano de los ingenieros agrónomos asegura que están “centrados en visibilizar la importancia de los técnicos y en convencer, hacer que la gente vea en este sector un modelo de actividad atractivo para los jóvenes”.

A lo largo de la jornada también se reconoció a los ingenieros con 50 años de colegiación.

A lo largo de la jornada también se reconoció a los ingenieros con 50 años de colegiación. / Fabian Simon

Una profesión con mucho futuro

El objetivo principal del Colegio es guiar y educar a las nuevas generaciones dentro del mundo de la ingeniería agrónoma: “Deben saber que esta profesión tiene sin duda un gran futuro, a la vez que una gran responsabilidad, dotar a la sociedad de una alimentación sana, segura, asequible y a la vez compatible con la protección medio ambiental”. Ángel Jiménez añadió que se trata de un ámbito que cuenta con muchos atractivos y grandes expectativas de futuro.

Tiene además una importante base tecnológica, lo que sirve de gancho para atraer a las nuevas generaciones hacia esta profesión. Actualmente, la utilización de Big Data y todo lo relacionado con nuevas tecnologías y la innovación es una de las partes más importantes de la ingeniería agrónoma, ya que permite tener grandes expectativas sobre el futuro de esta práctica y de los puestos de trabajo.

Se distinguió asimismo a aquellos colegiados que cumplen 65 años.

Se distinguió asimismo a aquellos colegiados que cumplen 65 años. / Fabian Simon

Reconocimientos a los colegiados y alumnos

La gala de premios del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco es un acto con el que se pretende sobre todo visibilizar y dar reconocimiento al trabajo de las personas que estudian y trabajan en esta rama de la ingeniería. Especialmente, a todos aquellos estudiantes con un alto nivel de implicación y esfuerzo reflejado así mismo en sus logros y calificaciones. “Como Colegio, este acto nos permite visibilizarnos, utilizar y mostrar el trabajo de todos los alumnos ejemplares, como por ejemplo el caso de los mejores expedientes académicos o del mejor Trabajo Fin de Máster”, manifiesta el decano.

Asimismo, Jiménez señala que, además de un reconocimiento, la jornada supone “un acto de convivencia, un acto social y, sobre todo, un encuentro entre los compañeros y compañeras”. Y  otra de las razones de la celebración consiste en poder invitar y compartir una jornada con todas las instituciones que colaboran con el Colegio: “Sirve para darles las gracias públicamente por su colaboración”, expresa.

Emilia Puig Amorós recibió el Premio Antonio Esteban 2023 a su trayectoria.

Emilia Puig Amorós recibió el Premio Antonio Esteban 2023 a su trayectoria. / Fabian Simon

Emilia Puig: “Esa es la originalidad de mi vida profesional, haber continuado haciendo cosas después de haber terminado profesionalmente”

Emilia Puig ha sido distinguida este año con el galardón Antonio Esteban 2023, un reconocimiento a toda su trayectoria. Más de 40 años de carrera profesional dedicada a la ingeniería agrónoma abalan este galardón, entregado principalmente por su dedicación, esfuerzo y perseverancia.

Emilia nació en Valencia, pero la ingeniería agrónoma la llevó hasta Aragón. Trabajó durante 20 años como investigadora en el campus de Aula Dei y después como docente. Años más tarde también ejerció como ejecutiva en el edificio Pignatelli del Gobierno de Aragón, en diferentes cargos como jefa de sección de industrias y comercialización. Fue la primera mujer investigadora en el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria y la primera colegiada en el Colegio de Ingenieros Agrónomos, marcando así un antes y un después dentro de la profesión en cuestiones de igualdad. “Siempre viví profesionalmente rodeada de hombres, pero nunca me sentí discriminada, todo lo contrario”, admite la ingeniera.

Emilia cuenta que pensaba que, cuando se jubilase, su vida profesional acabaría por completo. Sin embargo, su carrera continuó dándole sorpresas. En 2017, el CITA organizó un acto con motivo del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con una mesa redonda de mujeres investigadoras a la cual le invitaron a participar. Unos años más tarde, la Asociación de Mujeres para la Ciencia le dedicó uno de los escaparates que estaban creando con motivo de homenajear a mujeres científicas o pioneras a nivel internacional. “Fue muy importante para mí, tenía 80 años y seguía siendo noticia por mi vida profesional”, señala Puig con orgullo.

Sin duda este premio ha sido el broche final a una larga y fructífera carrera. La colegiada cuenta que lo que más ilusión le hace de recibir este galardón es que se lo han otorgado sus propios compañeros. Ella tiene claro que si por algo ha destacado en estos años, es por su perseverancia, su afán de conocimiento y su incansable pasión por la ingeniería: “Creo que esa es la originalidad de mi vida profesional, haber continuado haciendo cosas después de haber terminado profesionalmente”.  

Sandra Calle Berges, Premio Manuel Álvarez Peña al mejor expediente en la Escuela de Huesca.

Sandra Calle Berges, Premio Manuel Álvarez Peña al mejor expediente en la Escuela de Huesca. / Fabian Simon

Sandra Calle: “La agricultura es el futuro y por ello necesitamos buenos ingenieros agrónomos”

Sandra calle ha sido la estudiante galardonada con el premio Manuel Álvarez Peña 2023, que premia el mejor expediente académico de la Escuela Politécnica Superior de Huesca (EPS). Este premio supone para la ingeniera “una alegría muy inesperada” ya que ella apenas conocía el premio. “Yo estudiaba como siempre lo he hecho, no tenía en mi mente conseguir el premio, pero cuando me llamaron para decírmelo me hizo muchísima ilusión”, señala Calle.

La joven ingeniera estudió Ciencia y tecnología de los alimentos en la Universidad de Zaragoza y más tarde le ofrecieron la posibilidad de realizar el doble grado de esta con Técnico agrícola. Posteriormente realizó el máster de Ingeniería agrónoma, gracias al cual ha recibido el galardón. Actualmente, está trabajando en investigación, una rama de la ingeniería que le llama especialmente la atención y a la que le gustaría dedicarse.

En cuanto al futuro de la profesión, tiene claro que gira en torno a la modernización de las maquinarias y los productos. La agricultura avanza a pasos agigantados y junto a ella los medios técnicos que se utilizan para trabajarla y estudiarla. Calle afirma que la agricultura es el progreso y que sin ella, como ya hemos visto durante la pandemia, el mundo se para. “La agricultura es el futuro y por ello necesitamos buenos ingenieros agrónomos, que no hay muchos, pero cada vez hay más y mejor preparados”, sentencia.  

Miguel Bernechea, Premio Francisco de los Ríos al mejor Trabajo Fin de Máster en la modalidad de proyecto de ejecución.

Miguel Bernechea, Premio Francisco de los Ríos al mejor Trabajo Fin de Máster en la modalidad de proyecto de ejecución. / Fabian Simon

Miguel Bernechea: “El mayor desafío de la ingeniería agrónoma es alimentar a todo el planeta y hacerlo de la manera más sostenible”

Miguel Bernechea ha sido premiado con el galardón Francisco de los Ríos Mejor Proyecto Fin de Máster 2023, por su trabajo de investigación sobre una depuradora que trabaja el residuo que se obtiene al generar biogás. El proyecto consistió principalmente en plantear la alternativa de depurar este residuo que, producido en mucho volumen, se puede convertir en agua regenerada que se use como agua de riego.

Bernechea estudió el máster de Ingeniería Agrónoma en la Universidad Pública de Navarra, lo que le permitió presentar su TFM al Colegio de Ingenieros. “Siempre tienes la duda, pero sí creía que tenía grandes posibilidades porque es un proyecto muy novedoso y creo que es de las primeras veces que se hace a nivel mundial”, explica el premiado. Actualmente trabaja en una empresa de proyectos desarrollando su TFM y algunos otros trabajos sobre granjas de vacuno, carne de porcino, almacenes agrícolas para maquinaria, entre otros.

En cuanto a los retos de futuro, afirma que el mayor desafío de la ingeniería agrónoma es “alimentar a todo el planeta y hacerlo de la manera más sostenible y más ecológica posible”. Otro de los grandes retos según Bernechea es la batalla con el tema del consumo de agua y del riego: “Es verdad que se ha avanzado mucho en los últimos años, pero no podemos derrochar tanta agua”. Por último, Bernechea habla de la dificultad de mantener el sector primario, un sector en claro descenso, al igual que las zonas rurales, ya que cada vez más gente las abandona. “Tenemos que ofrecer facilidades y ayudar para que la gente lo mantenga”, finaliza el ingeniero.

Elisa Navarro, Premio Francisco de los Ríos al mejor Trabajo Fin de Máster en la modalidad resto de trabajos.

Elisa Navarro, Premio Francisco de los Ríos al mejor Trabajo Fin de Máster en la modalidad resto de trabajos. / Fabian Simon

Elisa Navarro: “El sector agrario tiene normativas cada vez más exigentes y una creciente necesidad de aplicar nuevas tecnologías”

Elisa Navarro ha recibido también el premio Francisco de los Ríos Mejor Proyecto Fin de Máster por su trabajo evaluando el efecto de la dosificación variable de semilla en un cultivo de cebada en condiciones de secano mediante técnicas de agricultura de precisión. Actualmente trabaja en una empresa de servicios y asesoramiento agrícola, donde empezó sus andanzas un año antes de empezar a cursar el máster. La joven sostiene que esa experiencia le ha servido para aprender a combinar trabajo con estudios y a conocer la realidad del mundo laboral.

De su etapa de estudiante, se queda con la realización de las prácticas y los trabajos de fin de estudios ya que fueron “experiencias muy enriquecedoras por la dedicación y el acercamiento a lo estudiado”. Además, también destaca la capacidad adquirida para solventar problemas en el ámbito profesional de los ingenieros agrónomos. Para Navarro, recibir este premio ha sido un verdadero honor: “Ha sido muy gratificante cerrar los siete años de formación con un premio como este”.

En cuanto a su futuro profesional, Elisa lo ve con grandes desafíos como es habitual en el sector agrario, ya que tiene normativas cada vez más exigentes y una creciente necesidad de aplicar nuevas tecnologías. Aunque todos estos retos, subraya, los espera con “muchas ganas e ilusión por aportar su conocimiento y aprender cada día más”.

Maria Videgain recibió el Premio a Mejor Tesis Doctoral.

Maria Videgain recibió el Premio a Mejor Tesis Doctoral. / Fabian Simon

María Videgain: “Es muy importante seguir formando a los estudiantes y profundizar más en la eficiencia energética de los proyectos que se desarrollan”

María Videgain fue la destinataria del Premio Mejor Tesis Doctoral 2023 por su tesis sobre la revalorización de residuos agrícolas para la producción de biochar y la utilización de sus propiedades agronómicas como una enmienda orgánica para mejorar propiedades fisicoquímicas del suelo. Estudió Ingeniería Técnica Agrícola en la Escuela Politécnica Superior de Huesca y compatibilizó sus estudios de ciclo superior de ingeniería agrónoma con un trabajo a tiempo parcial en el sector agrícola. Actualmente, trabaja como personal docente e investigador.

Este reconocimiento ha sido todo un honor para la ingeniera, que cuenta haber recibido el premio “con mucha alegría y agradecimiento al Colegio de Ingenieros Agrónomos”. Videgain reconoce haber presentado la tesis por probar suerte: “En cada convocatoria hay un número diferente de tesis y nunca se sabe. Yo lo presenté porque pienso que todos estamos orgullosos de nuestro trabajo y creemos que puede ser valorado positivamente”.

En cuanto a su futuro, en los próximos cuatro o cinco años Videgain tiene claro que va a dedicarse a la docencia y a la investigación. Además, enuncia dos principales retos a los que enfrentarse desde el sector: “La situación de cambio climático y los eventos climáticos extremos, por una parte, y por otra, tratar de atraer a los jóvenes a esta profesión a través de las bondades de las nuevas tecnologías y de otros aspectos que puedan resultarles de interés”. La investigadora incide en que es muy importante seguir formando a los estudiantes y profundizar en conceptos como la eficiencia energética de los proyectos. 

Leire Zubieta, Premio Manuel Álvarez Peña al mejor expediente académico en la Escuela de Navarra.

Leire Zubieta, Premio Tomás Rubio de Villanueva al mejor expediente académico en la Escuela de Navarra. / Fabian Simon