La energía verde en la comunidad

El impuesto a las renovables llegará más tarde a las empresas

El gravamen no se girará hasta como mínimo abril por el retraso de la tramitación

El Ejecutivo mantiene intactas sus previsiones de ingresos, que alcanzarán 30 millones

Foto de archivo de placas solares en Aragón.

Foto de archivo de placas solares en Aragón. / JAVIER CEBOLLADA/ EFE

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

El Gobierno de Aragón mantiene la previsión de ingresar 30 millones de euros por el impuesto a las renovables que entrará en funcionamiento este mismo año. Un gravamen que, sin embargo, se girará a las empresas que gestionan los parques eólicos y fotovoltaicos de la comunidad con retraso. Será un mes después de lo deseado por el Ejecutivo autonómico, pero los planes y las cuentas de la DGA no se verán alteradas.

La explicación es muy sencilla: la tramitación en las Cortes de Aragón de este nuevo tributo ha comenzado más lento de lo que esperaba el Gobierno aragonés, por lo que el recibo llegará a las empresas con un mes de retraso. Mientras que la idea original era que las firmas comenzasen a pagar este próximo mes de marzo, finalmente será como mínimo en abril cuando se pague por primera vez el impuesto. Un mal menor que no altera los planes del Ejecutivo de Jorge Azcón, que ha terminado de perfilar junto al sector un impuesto que comenzó a ser planificado por el anterior Gobierno de Aragón, presidido por el socialista Javier Lambán.

Las cuentas con las que juega el Gobierno determinan que en este 2024, el primero con el gravamen a las renovables en juego, se ingresarán unos 30 millones de euros. El impuesto se pasará a las empresas cada tres meses. De cara al futuro, cuando en 2025 sea el primer año con todos los meses bajo el impuesto, la previsión inicial que maneja el Ejecutivo es que los ingresos ronden los 50 millones de euros. Un impulso a la financiación para compensar algunos ingresos que se dejarán de percibir, como el grupo 1 del impuesto de sucesiones y donaciones o la deflactacion del tramo autonómico del IRPF, primeras medidas de la reforma fiscal que quiere traer Azcón a la comunidad.

El consejero de Hacienda y Función Pública, Roberto Bermúdez de Castro, ha dejado claro en sus explicaciones sobre este impuesto que es un tributo en evolución, que se irá adaptando al censo de las renovables que se sitúan en el territorio. Las previsiones que manejaba el Gobierno, con un censo de hace varios años, se han visto aumentadas por la proliferación de molinos y parques fotovoltaicos en la comunidad en los últimos tiempos.

Los ingresos aún no están en las cuentas del Gobierno de Aragón, pero su destino en los próximos meses sí que están claros para el Ejecutivo autonómico. Como el propio Bermúdez de Castro anunció al presentar el nuevo tributo, el dinero ingresado repercutirá directamente en aquellos territorios en los que se han instalado estas energías renovables. El objetivo, según detalló el consejero, es que aquellas zonas más afectadas, por las alteraciones al paisaje o el impacto medioambiental de molinos y placas fotovoltaicas, reciben esta compensación, más allá de los propios ingresos para las arcas públicas aragonesas.

La reinversión en las zonas afectadas por las renovables se fijará entre un 50% y un 90% de lo ingresado, por una orden que ya dejó establecida el Gobierno de Lambán. Según comentó Bermúdez de Castro, en este primer año, la intención del Ejecutivo es destinar la mitad de lo ingresado a proyectos que sirvan «para el desarrollo» de los municipios y comarcas con gran cantidad de plantaciones de energía verde. Ese 50% puede crecer con el paso de los años, según anunció el responsable de Hacienda, que señaló que la DGA también estudia implementar una medida similar a las localidades afectadas por la construcción de embalses o saltos de agua, que no recibieron ningún tipo de compensación en el pasado. 

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