Increíble, inexplicable y maravilloso. El Casademont Zaragoza logró su primera victoria de la temporada el día más difícil, ante el rival más inesperado, en el partido perfecto. Tumbó al Real Madrid (94-89) con toda justicia, ganando de principio a fin, dejándose el alma, entregándose en defensa, explotando sus virtudes, creyendo en sí mismo. Hacía mucho, pero que mucho tiempo, que el Príncipe Felipe no disfrutaba tanto, que no se levantaba de sus asientos, que no se esperaba hasta el final para aplaudir a rabiar a los suyos, que no ovacionaba a un entrenador. Porfirio Fisac ha conseguido que, con los mismos jugadores que fichó Muedra y entrenó Schiller, el Casademont sea un equipo.

Lo que hace tener un buen entrenador... El Casademont Zaragoza completó su transformación de equipo deprimido y perdedor a otro capaz de cualquier cosa en apenas quince días. El colista de la ACB salió a la pista ante uno de los líderes convencido de sus posibilidades, con un plan, una idea clara. Todos defendieron como jabatos y provocaron numerosos errores y pérdidas en el rival que aprovecharon a la perfección. Hasta Simanic hizo cosas interesantes. El Casademont de Fisac mandó desde el inicio, desde la primera acción en la que el equipo buscó y, ¡oh, sorpresa!, encontró a su pívot, Hlinason. Apretando atrás y reboteando el equipo aragonés encontró el acierto desde el principio (20-13 en el primer cuarto).

Fisac cumplió su palabra de utilizar a la gente de la casa e hizo debutar a Lucas Langarita, que no se amilanó defendiendo a Musa. También dio más minutos a Javi García porque el zaragozano pareció haber recuperado la confianza que le había arrebatado Schiller y tuvo buenos minutos, aunque las faltas le caían con demasiada facilidad. Y qué decir de Aday Mara. Es otra historia, capaz de sorprender cada día. De poner en pie a un pabellón que hacía meses y meses que no se lo pasaba tan bien, que no disfrutaba del baloncesto. Mara tiró de repertorio, poniendo tapones, reboteando bien alto, anotando desde los cinco metros y machacando sin piedad y sin importarle quién estuviera delante. Hay que ver y disfrutar de este jugador antes de que vuele.

Con el marcador a favor, con el plan saliendo a la perfección, con Chus Mateo teniendo que parar el partido una y otra vez para intentar corregir el rumbo, el Casademont jugó con la confianza que le había faltado hasta ahora y explotó al máximo las virtudes que tiene. Jessup demostró que puede ser un buen anotador y al descanso ya llevaba 15 puntos con 3/4 en triples para terminar con 28 puntos. Hasta Simanic anotó y se atrevió a ir para adentro. Todo funcionaba, basado en una gran defensa que permitió al equipo correr y encontrar sus mejores opciones en ataque. Al descanso el equipo no solo ganaba al Real Madrid (48-36), sino que le mejoraba también en asistencias (12-2) y en valoración (63-25).

La defensa

Aunque el Real Madrid comenzó más acertado el tercer cuarto, el Casademont mantuvo el mismo espíritu, la misma intensidad defensiva con las variantes planteadas por Fisac, y no se vino abajo cuando su rival bajó la diferencia de los diez puntos. No se inmutó ni siquiera cuando en menos de cinco minutos ya le habían señalado nueve faltas por solo una al Madrid. La actuación arbitral fue muy protestada por el público. Pero el equipo, a lo suyo, siguió y siguió defendiendo y encontrando los puntos de Jessup, de Hlinason, de Yusta, de Radoncic, y mantuvo su ventaja (71-58).

Chus Mateo no sabía cómo cambiar la dinámica de su equipo ni con las rotaciones ni con los numerosos tiempos muertos que se vio obligado a pedir y que agotó cuando aún quedaban siete minutos de partido. El Casademont era un vendaval, un equipo confiado con todos sus jugadores dando el 100% de sí mismos, al menos, en el esfuerzo. También Ferrari, que volvió a salir en la segunda parte, como ya se ha convertido en costumbre con Fisac. Las defensas alternativas, igual que en Badalona, surtieron su efecto e hicieron fallar más de lo habitual al Real Madrid, que no encontraba la manera de recuperar la desventaja a pesar de su enorme calidad.

Aún así, el equipo de Chus Mateo redujo la diferencia a cuatro puntos (88-84) en el tramo final, poniendo la incertidumbre en el marcador y en la grada. Ni entonces se alteró el Casademont, ni con sus errores, ni con las pérdidas, el equipo zaragozano siguió confiando, siguió creyendo y trabajando para sumar la tercera victoria de su historia frente al Real Madrid en 33 partidos. Las dos últimas han sido con Fisac en el banquillo. Lo que hace un buen entrenador...

FICHA TÉCNICA

Casademont Zaragoza: Ponitka (3), Sant Roos (9), Radoncic (10), Yusta (8) y Hlinason (11) -cinco inicial- Jessup (28), Simanic (3), Javi García (3), Mekowulu (8), Langarita, Mara (8) y Ferrari (3).

Real Madrid: Hanga (3), Deck (9), Musa (16), Yabusele (6) y Poirier (4) -cinco inicial- Cornelie, Llull (17), Tavares (9), Abalde (2), Sergio Rodríguez (6), Ndiaye y Hezonja (17).

Parciales: 20-13, 28-23, 23-22, 23-29.

Árbitros: Miguel Ángel Pérez, Vicente Bultó y Carlos Merino. Excluyeron por cinco faltas personales a Tavares, en el minuto 39.

Incidencias: partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga Endesa disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 6.719 espectadores. 

Así hemos contado el partido en directo: