Un inspector de la Jefatura Superior de Policía de Aragón acabó en el hospital después de ser agredido, cuando estaba fuera de servicio, en el interior de un autobús urbano de Zaragoza. A primera hora de la tarde abandonó el centro sanitario tras ser dado de alta con un derrame en el ojo y magulladuras en todo el cuerpo, principalmente en la cabeza.

Los hechos ocurrieron cuando el sospechoso, que todavía no ha sido detenido, subió al bus sin mascarilla. El resto de usuarios le dijeron que se la pusiera y fue en ese momento cuando el agente, de forma respetuosa según los allí presentes le indicó que debía ponérsela y cumplir las normas tras identificarse como agente. En ese momento, el joven comenzó a increpar al agente, llegándole a retar a pegarse "si tenía cojones" y que bajarán del autobús para arreglarlo a golpes. El agente se mantuvo impasible hasta que el sospechoso se abalanzó sobre él y le dio varias patadas y puñetazos. De forma inmediata varios usuarios se echaron encima del delincuente para evitar que la paliza fuera a más.

La brutal paliza tuvo lugar sobre las 04.00 horas cuando el bus circulaba por la avenida Madrid, en el zaragozano barrio Delicias.

En estos momentos se busca al sospechoso para su posterior detención como autor de un delito de lesiones y otro de atentado contra agente de la autoridad. Asimismo, será propuesto a una sanción sanitaria por incumplimiento de las normas sanitarias que exigen el uso de la mascarilla para evitar contagios por el covid19 en espacio cerrados.

Cerca de las 9.000 agresiones a policías

La agresión generó una importante contestación ciudadana en las redes sociales que mostraron su apoyo al agente y la pronta detención del sospechoso. También desde los sindicatos policiales SUP y Jupol, que coincidieron en reclamar «la restitución del principio de autoridad». «Se deben agravar las penas porque este tipo de actuaciones acaban en una simple multa», señaló el portavoz nacional del SUP, Carlos Morales. Por su parte, Christian Risco, secretario regional de Jupol en Aragón, incidió en que «el compañero puede defenderse y utilizar la fuerza indispensable para repeler la agresión e incluso detenerle, pero la desprotección que sentimos por parte del Gobierno y la sensación de impunidad ante estos hechos delictivos hace que los agentes se piensen mucho cada intervención». Las cifras de agresiones a policías demuestran que hay un problema. El 2021 podría cerrarse como 9.000 casos, mientras que en el 2020 hubo 8.500 y en el 2019 otras 6.200. 

El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, señaló que «este tipo de salvajismo no tiene cabida en nuestra sociedad. Mi más rotunda condena». «Espero que esté indeseable sea detenido cuanto antes y que caiga sobre él la máxima pena judicial», afirmó. 

Oleada de robos

No fue el único incidente de esta noche de Pilares. La Policía Nacional tuvo que atender decenas de peleas, robos violentos y comas etílicos. Especialmente destacable fue la oleada de robos de teléfonos móviles, ya han sido denunciadas una veintena de sustracciones aunque podría haber muchas más.