Quince días ha permanecido en prisión provisional el joven vecino de Zaragoza que ha sido detenido en dos ocasiones en los últimos meses por secuestrar y torturar a otros jóvenes como forma de extorsionarles para el cobro de unas deudas. El juez concedió la libertad de A. C. M., treinteañero y de origen español, tras solicitarlo la abogada Olga Oseira por no apreciarse destrucción de pruebas ni riesgo de fuga.

Su primer arresto tuvo lugar a finales del pasado mes de septiembre junto a dos más, curiosamente uno de ellos es E. V. G., el matón que se presentó junto a una joven en la habitación del hotel Don Yo para darle una brutal paliza al ex de la chica. La víctima denunció en la Policía que le tuvieron desnudo sobre el suelo y envuelto en plástico para no dejar rastro de las proyecciones de sangre de las patadas y puñetazos que sus agresores le estaban propinando en el interior de un domicilio del barrio de Delicias.

Una situación que venía de lejos, al parecer.  Señaló que en junio estuvo retenido tres días en el mismo domicilio, en el número 3 de la calle Eloy Martínez, y que no le soltaron hasta que su madre les entregó 250 euros en concepto de rescate. El rapto se produjo cuando se encontraba en un bar y también fue apaleado. Llegaron a arrancarle un diente con un destornillador.

La última detención de A. C. M. y que le llevó a ingresar en la cárcel se produjo a principios de mes. Secuestró a un vecino de Zaragoza y lo inmovilizó en una silla donde recibió palizas durante tres días seguidos. La víctima consiguió escaparse cuando su raptor se quedó dormido. Le dijo que le iba a meter cuatro puñaladas si se escapaba o denunciaba. Incluso le dijo que le mandaría gente para matarle a la vez que le golpeaba. «Cobras una paga de 410 euros y el día 10 de diciembre me la tienes que dar», le dijo.

La víctima, cuando huyó, fue al hospital Clínico Lozano Blesa, donde la seguridad privada llegó a llamar a la Policía Nacional porque el denunciante le había visto merodeando el centro sanitario.