José Luis Sampedro está recorriendo su larga vida y sus muchas obras en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, donde ayer confesó que, a sus 87 años, tiene la impresión de ser "un aprendiz de todo y un maestro de nada" y se definió como un "inventor de ficciones" que ha puesto en su literatura, por encima de todo, autenticidad.

Funcionario de aduanas, economista en la banca privada, profesor de universidad, y escritor desde la adolescencia, al autor de libros como La sonrisa etrusca no le llegó el éxito literario hasta la década de los 80, cuarenta años después de terminar sus dos primeras novelas.

Pero ese prolongada espera no le llevó a abandonar la literatura, que para él es una necesidad. "Durante cuarenta años he estado escribiendo sin ventajas materiales, ni de éxito ni de dinero de ninguna clase y he seguido escribiendo porque lo que me importaba era escribir", dijo en un encuentro con periodistas.

Para el escritor José Luis Sampedro, si alguna cualidad tiene su obra es la autenticidad.