NACIDO EN ZARAGOZA, 1952

PROFESION CATEDRATICO DE LITERATURA FRANCESA EN LA UNIVERSIDAD DEL PAIS VASCO.

OBRA LITERARIA SU ULTIMA NOVELA, ´LA MEMORIA DE LA NIEVE´ HA GANADO EL PREMIO EUSKADI EN LA VARIEDAD DE LITERATURA EN CASTELLANO. TAMBIEN ES AUTOR DE RELATOS EROTICOS Y HA CREADO COLECCIONES DE FOTOGRAFIAS ARTISTICAS. EN ENSAYO, PUBLICO HACE UN AÑO ´LA ESPAÑA DEL TEBEO´

--Su novela La memoria de la nieve narra la historia de un funcionario de la URSS, imbuído de la ideología comunista, que ve derrumbarse todo ese soporte ¿Es una parábola de todos nosotros, posibles huérfanos de las ideologías?

--La novela sucede en 1991, cuando en la Unión Soviética se da por terminado el régimen. Pero más que sobre la caída de los dogmas, trata sobre la confrontación (muy evidente en la URSS, pero también en lugares como el País Vasco), entre lo social, lo político y lo individual. En qué medida el poder político manipula o genera, a través de sus sistemas de propaganda, realidades inexistentes. El Estado es un gran generador de realidades virtuales.

--¿Qué ocurre cuando esos imaginarios propagandísticos quedan al descubierto?

--Desde mi óptica, a ese funcionario que vive en los últimos años las contradicciones del sistema y tiene que ir construyendo sus propios criterios y normas de vida, lo que le queda es incertidumbre y liberación al mismo tiempo. Incluso se rebela y se enfrenta a sus superiores. Es un hombre que vive una doble orfandad, la biológica, ya que no tuvo padres y fue acogido por las instituciones del Estado, y la orfandad ideológica. Cuando se acaban las ideologías aparece el individuo.

--Su obra La España del Tebeo viene a corroborar que no puede uno vivir deshabitado de fantasías, quizá.

--El mundo de los tebeos nos influyó enormemente. Es un periodo en el que se forja nuestro imaginario, el de la infancia y primera adolescencia. Los comprábamos y los cambiábamos. Incluso había tiendas que, por diez céntimos, te los cambiaban. Esas eran nuestras primeras lecturas. A diferencia de otras personas que a partir de los 14 años desconectan de los tebeos, yo seguí leyéndolos. El imaginario del tebeo nutre muchas de las cosas que yo hago.

--¿Incluso en su faceta como escritor erótico?

--Aparte de que algunos puedan calificarme de oportunista, de que el sexo vende, y esas cosas, el erotismo para mí constituye un auténtico desafío, desde muchos puntos de vista. Escribir novela erótica en el fondo es difícil. Frente a los que consideran burdo escribir para excitar a los lectores, yo considero que es un milagro que con palabras se pueda crear un mundo de sensaciones o de evocaciones muy intensas.

--Por si la palabra (sus relatos Cuerpos entretejidos en La sonrisa vertical) no bastara, también ha usado usted la fotografía buscando ese milagro.

--Pilar Albajar y yo presentamos una colección de fotografías. Una de ellas muestra sin ropa a Marilyn Monroe como objeto de culto en el interior de una de las aquellas capillas portátiles neogóticas con cristal que se pasaban de casa en casa para la veneración de un santo. O un enjambre de dedos femeninos en el extremo del palo de una fregona. El sexo es una pulsión universal.

--¿Cuál es su vinculación con Zaragoza?

--Estudié en los Salesianos hasta los diez años. Y después en el Instituto Goya, que me marcó decisivamente porque tuve excelentes profesores: Serafín Agud en griego. Alda, en Literatura; Eugenio Frutos en Filosofía, Manuel Gormaz, en latín... Aprendí más en el Goya que luego en la Facultad.