El 26 de marzo del 2001, Nevenka Fernández viajó de Madrid a Ponferrada para dimitir como concejala de Hacienda del ayuntamiento de esta última localidad y explicar que había denunciado al alcalde, Ismael Alvarez, por acoso sexual. Ayer, Juan José Millás y un grupo de periodistas hicieron el mismo trayecto. Fue, dijo el escritor, "un viaje sentimental y un acto de justicia poética" montado para presentar el libro Hay algo que no es como me dicen .

La obra no pretende ser objetiva ni contar las dos versiones. Alvarez es culpable de acoso sexual. La sentencia de un tribunal y la ratificación por el Supremo hace una semana, así lo certifican. Millás dice que le ayudó a centrar la historia el relato de un náufrago. "García Márquez escribió que todos los días a las cinco los tiburones cercaban al náufrago, pero nadie le preguntó si había contrastado la versión con los tiburones".

TERROR Y MALOS TRATOS

Hay algo que no es como me dicen (Aguilar) es la "historia" que Millás olió detrás del caso Nevenka . Pero también es un relato de terror, el calvario de una mujer maltratada que huye mientras el maltratador se queda donde está y acaba leyendo el pregón de las fiestas de su pueblo.

El viaje en autobús hasta Ponferrada es, además de sentimental, azaroso. Cuando el conductor se desvía por un atajo que acabará alargando el trayecto en 100 kilómetros más, Millás habla de "fenómenos paranormales", y alguien apunta la posibilidad de que la mano del exalcalde tenga algo que ver. Tras comprobar porque le llamaban el alcalde de las fuentes --pasamos por delante de tres de gran tamaño-- la presentación se acaba haciendo en el Hotel Temple, el mismo en el que Nevenka anunció su dimisión. La expectación hace que la prensa local y el público hayan aguantado el plantón de una hora sin protestas.

Lo que Millás se pregunta es "cómo alguien se convierte en una víctima y de dónde sacó la valentía para salir de aquella situación". También quiere mostrar la realidad y contar la historia de las otras Nevenkas. El periodista se hizo algunas de las preguntas que el fiscal le formuló en el juicio a Nevenka: "El lo hizo en un registro fascista, pero también quería saber cómo se llega a esta situación".

El proceso mental que lleva a una persona a recordar a Nevenka "con una minifalda hasta aquí" en el juicio es curioso, sobre todo porque aquel día vestía pantalones. Millás cuenta que esa persona no mintió: "La vio así porque esperaba verla así". Se la pintó como una Mata-Hari cuando no era más una cría de 24 años en manos de un cincuentón.

La culpabilización de la víctima no es un hecho exclusivo del caso Nevenka . Millás cita los ejemplos del alcalde de Toques y del cura de Peñarroya, "que fueron apoyados por Fraga y el obispo de Córdoba, respectivamente". También recuerda que Ana Botella escogió el adjetivo "impecable" para definir la actitud del alcalde cuando dimitió.

En ese momento, una mujer de la localidad cercana de Valdeorras se levanta para mostrar su apoyo a la protagonista del libro y agradecer, en nombre de un grupo de mujeres, la sensibilidad del autor. La publicación de este libro llega precedida de algunas acusaciones de electoralismo. Millás suelta que, si algún político lo piensa, "que se retrasen las elecciones hasta mayo o junio".

Nevenka vive fuera de España. Reaparecerá el día 1 de marzo en la presentación del libro en Madrid. No contestará a entrevistas por coherencia. Cuenta que está nerviosa, que ha leído la obra y que se emocionó al revivir la historia. Lo que a ella le mueve es que su caso "sirva a otras". Y dice que la palabra que más repitió Nevenka cuando dimitió es "dignidad