El juicio por abuso sexual a un menor se le empieza a complicar a Michael Jackson. Después de ocho días asegurando que "todo va bien" a la salida del tribunal de Santa María, el rey del pop no pudo decir lo mismo ayer, cuando el juez ordenó su arresto si no se presentaba en menos de una hora. Al final, Jackson obedeció. Vestido con una chaqueta sobre el pijama, débil y con lentos movimientos, entró en la sala donde su abogado le había explicado al juez Melville la razón de su ausencia: el cantante tuvo que ir al hospital por un problema de espalda.

De no haber comparecido tras esta orden dictada a las 8.35 horas de la mañana, Jackson habría perdido la libertad bajo fianza de tres millones de dólares. El músico salió del hospital de Santa Inés a las 8.45 horas, donde, según su portavoz, Raymone K. Bain, "acudió a urgencias de madrugada" por fuertes dolores. "Sabe lo serio que es todo esto. Y desde luego no está jugando ni actuando", añadió Bain, justificando a Jackson, quien, ya en enero del 2004, fue amonestado por llegar tarde, y el mes pasado, durante la selección del jurado, acudió al hospital por una gripe.

Además, su retraso coincide con el testimonio más esperado del caso: el del menor que lo acusa, que subió al estrado el miércoles y seguirá testificando hasta hoy. Es su primer encuentro con el rey del pop desde que dejó Neverland, en marzo del 2003.

El menor ha declarado que durante su primera visita al rancho, en el 2000, Jackson insistió en que él y su hermano (que también ha testificado esta semana) durmieran en la habitación de la estrella. Según el chico, aquella noche vieron páginas web de contenido sexual junto a un empleado de Jackson. El ahora adolescente, de 15 años, admitió que su participación en Living with Michael Jackson fue voluntaria, pero que el cantante le pidió algunas cosas, como llamarle "papá". "Te voy a sacar en películas y ésta es tu prueba de rodaje", le dijo sobre este documental, sin saber que se iba a emitir por televisión. El adolescente también declaró ante el jurado que el cantante le había dado vino en una lata de Coca-Cola light, y que le aseguró que le ayudaría a relajarse del estrés causado por la emisión del reportaje de Jackson aparecía agarrándolo de la mano y contando que dormía en la misma cama con niños y adolescentes menores.