TITULO Bajo el mismo techo

AUTORES Colectiva

LUGAR Sala de exposiciones Edificio Maristas, Gobierno de Aragón

¿Puede una fotografía crear familia?, se pregunta Hél¨ne Saule-Sorbé; no está clara la respuesta, pero al menos ha servido para resolver el proyecto que el Departamento de Servicios Sociales y Familia del Gobierno de Aragón encargó a Concha Lomba con motivo del X Aniversario del Año Internacional de la Familia, proclamado por Naciones Unidas. Ocho fotógrafos fueron invitados a participar en esta exposición, en cuyo desarrollo ha colaborado EL PERIODICO DE ARAGON. Si la familia era el tema obligado, la orientación y tratamiento visual han correspondido, como es lógico, a cada uno de los artistas convocados. Y esto es lo que por encima de la celebración hace interesante a la exposición, la confluencia de diversidad de miradas ante un mismo tema.

Como era de esperar, la naturaleza complicada de un tema en permanente proceso de cambio no podía pasar inadvertida, como se pone de manifiesto en los trabajos de Enrique Carbó, Virginia Espa y Mario de Ayguavives. Carbó, en un soberbio ejercicio de fotografía, propone niveles de relación más profundas, que cuando menos pongan en entredicho los convencionalismos traumáticos de quienes se ven perturbados por la que consideran perversión de la célula básica de la sociedad, y lo hace con un grupo de personas tan estrechamente unidas por los afectos que se sienten del todo ajenas al obsesivo deseo de ser familia de tanta actualidad.

Virginia Espa reúne a personas que comparten el mismo techo sin que las una ningún lazo de parentesco. Nada sabemos de sus vidas, sólo que están acompañadas unas de las otras. El tiempo de la fotografía detiene el anhelo de sus miradas. La Familia feliz de Mario de Ayguavives puede leerse como una crítica social al cuestionar los mecanismos que fortalecen los lazos familiares: consumo y confort. Aunque también, y dado que la familia es la del propio artista, el decorado de juguete y colores pastel bien podría ser una visión irónica de la progresiva apropiación del territorio que el nacimiento de un niño supone para una casa. Algo así como una pesadilla feliz tan sólo rota por las lluvias que amenazan las posibles vacaciones en la Costa Dorada.

Plena de momentos felices fue la relación entre Margarita García Buñuel y su abuela Conchita, que la secuencia fotográfica organizada en dípticos reconstruye a partir de la relación de semejanza entre ambas mujeres. El bucle sentimental enreda la poesía de esta narración visual. El lenguaje de la piel abraza los cuerpos bellos en las fotografías de Rafael Navarro, persevera en la búsqueda de la luz en las de Mapi Rivera y muestra sus heridas en los desastres de la guerra de Gervasio Sánchez. La nostalgia ocupa dos de los tres colages más interesantes de Pedro Avellaned.