Es sevillano pero la mitad de su corazón está al otro lado del océano Atlántico, con el pueblo cubano. Y a ese grupo de personas que luchan por conseguir una vida mejor sin perder la sonrisa es a quien Benito Zambrano dedica su último trabajo cinematográfico Habana Blues . Después de superar la primera toma de contacto con el público --la película se estrenó en los cines españoles el pasado viernes--, el cineasta visitó Zaragoza para participar en el ciclo de coloquios La Buena Estrella.

Ruy, Alberto Yoel en la vida real, y Tito, interpretado por Rober Sanmartín, son dos músicos que sueñan con el éxito. Mientras están preparando su primer concierto, les llega la tentación de grabar un disco en España. Así es como arranca esta historia de amor, amistad y música que muestra hasta dónde llega el grado de compromiso y el apego que siente una persona por su tierra. Y es que para Zambrano, el principal problema de Cuba es que "si alguien decide salir del país significa que ya no va a poder volver, y esto es lo que más daño hace a esa tierra".

No obstante, a pesar de lo que pueda parecer, Habana blues no es una crítica al régimen castrista ya que, simplemente, "quiere retratar la vida de unas personas sencillas y dignas que viven situaciones límite que, a priori, les superan pero que luego les hacen crecer". Por ello, este filme es una demostración del afán de superación y de la alegría de vivir que caracteriza al pueblo cubano. "Es mi regalo por todo lo que me han enseñado", explica el director que debutó en el cine con el largometraje Solas .

FORMACION CUBANA

Para Zambrano ha sido fácil retratar la realidad de este pueblo ya que lo conoce muy de cerca. Quizá porque este sevillano estudió cine en La Habana desde el año 1992. "Allí me formé como profesional y me reencontré como creador", explica. "Fueron años muy creativos que me dieron mucha energía", añade con aire nostálgico. Pero su estancia en esta tierra fue más allá. "Cada día que vives en Cuba es como una aventura. Todo se improvisa y ves las cosas las en estado puro", asegura este cineasta que confiesa "estar enganchado" al estilo de vida de ese país.

Admirador y amante de la sociedad cubana, este director asegura que siente especial interés por los jóvenes relacionados con la cultura "que viven al margen de la retórica de la revolución cubana y pasan de ese discurso". Una generación que "tiene que mantener un compromiso con su trabajo y que, a su vez, dependen del dinero y del Estado".

Rodada en poco más de once semanas en cincuenta localizaciones diferentes de La Habana y de la provincia de Cienfuegos, Habana blues ha requerido el trabajo de un equipo de 1.000 personas que ha llegado a coordinar a más de 3.000 extras. Y todo ello para conseguir que el público "se emocione y no se aburre. Si consigo eso, me doy por satisfecho", explica este sevillano que confiesa que, si hubiese podido, se hubiera quedado a vivir en Cuba.

A sus cuarenta años, Zambrano es un director consolidado en el panorama del cine español. Debutó en el 2000 con Solas , trabajo por el que obtuvo el Goya al Mejor Guión Original --que él mismo había escrito-- y, poco después, dirigió la serie de televisión Padre coraje .