Kenzo Tange, el arquitecto que simbolizó la reconstrucción de Japón tras la segunda guerra mundial, murió ayer en Tokio a los 91 años como consecuencia de una insuficiencia cardiaca. Sus planes urbanísticos y diseños de edificios, repartidos por todo el mundo, le valieron en 1987 el premio Pitzker, considerado el más prestigioso galardón de arquitectura.

La obra de Tange ha sido valorada por su hábil fusión de la simplicidad de la estética tradicional nipona en diseños modernos de raíz occidental. En 1946, Tange fue el responsable del plan de reconstrucción de Hiroshima, que había quedado destruida en el primer bombardeo atómico de la historia. Posteriormente fue el responsable del plan de crecimiento de Tokio, de 1960, y del diseño del gimnasio de Yoyogi, uno de los edificios emblemáticos de los Juegos Olímpicos de 1964. Otros de sus edificios es la espectacular sede del gobierno metropolitano, de 1991, o el edificio de Fuji TV, de 1996. En su ciudad natal, Osaka, fue el responsable del plan general de la Expo de 1970.