--¿Cómo recuerda la experiencia creativa de esta obra que acaba de reeditar, El hereje? ¿Fue muy diferente la elaboración de este libro a otros anteriores suyos?

--No tuve conciencia de estar iniciando algo nuevo. Se me representó la historia como una novela más. Y así la cogí y le di forma. Tenía, sí, una secreta fidelidad a la Historia Grande, pero esta misma fidelidad ni me agarrotaba a mí, ni se imponía a la historia principal.

--¿Piensa a menudo en esta obra? ¿Qué siente hacia este libro? ¿Qué lugar cree que ocupa El hereje en su bibliografía?

--La pienso mucho, quizá demasiado. No puedo negar que quedé satisfecho de este libro y hoy día sigo satisfecho. Para mí, la mejor de mis novelas cortas es Viejas historias de Castilla la Vieja y, sin duda, mi mejor novela larga es El hereje. Tal vez sea un absurdo considerar a la misma altura un relato que tiene 60 páginas y otro de 500 páginas, pero esa es mi opinión.

--Usted es autor de ficciones, pero El hereje fue una inmersión en la novela de encuadre histórico? ¿Le dejó buen sabor de boca aquella experiencia?

--Le digo que no lo tomé en cuenta. Me embarqué en esta aventura como en otras muchas. Pensando sobre ello, he llegado a la conclusión de que todas las novelas son históricas, pues responden a momentos históricos reales. No hay pues novedad en esto.

--La novela histórica ha seguido dando importantes títulos a la literatura española. ¿Cómo ve ese género en estos momentos? ¿Diría que la novela histórica goza actualmente de buena salud?

--Ya me he pronunciado sobre eso en otras ocasiones. Acostumbrado a hablar de caza, decía que en los últimos años la novela histórica "ha criado bien". Creo que esto es exacto. No soy quién para decir por qué razón.

--¿Hay algún acontecimiento histórico que de buena gana le gustaría novelar? ¿De ser así, cuál sería ese hecho?

--Más que hechos hay tipos grandes en la Historia. La revolución francesa, el 2 de Mayo, la propia guerra civil, dan tipos humanos importantes. Pero el tiempo corre demasiado deprisa para poder dedicarles tres años --lo que se tarda en hacer una novela-- a cada uno de ellos. Antes hacían las monedas redondas para que rodaran, ahora el dinero es de papel para que vuele.

--Prometió que El hereje sería su última novela y hasta la fecha lo ha cumplido. ¿Cómo ha sido su relación con la creación literaria estos años? ¿Cuánto hay de físico y cuánto de anímico en la distancia que le separó estos años de la creación literaria?

--Puede usted asegurar que esta promesa está cumplida. No habrá más novelas de Delibes. La operación de cáncer me respetó la vida pero modificó mi manera de ser. Fui sincero cuando dije que entró en el quirófano un hombre inteligente, y salió un lerdo. Esto fue exactamente así. Además de salud física, perdí también capacidad de concentración, orden mental, memoria y voluntad. Aunque intenté luchar, estaba acabado, mis esfuerzos eran inútiles. Tan torpe estoy que no me reconozco. Figúrese un Delibes retirado de escribir y de cazar perdices rojas. Ese no es Delibes, dirá usted con razón. Yo pienso lo mismo.

--¿Echa de menos escribir? Si volviera a hacerlo, ¿qué sería lo próximo que sus lectores tendríamos en nuestras manos?

--¿Qué hubiera escrito si hubiese seguido? Ni eso lo he podido averiguar. En mi cabeza solo cabe una seguridad: El escritor ha muerto antes que el hombre. Y ya va para 12 años.

--¿Qué pasajes de su obra literaria son los que les producen más satisfacción? ¿Hay alguno que cambiaría si pudiera volver atrás?

--Si algo tiene valor, es la obra en su conjunto. Hoy no cambiaría nada, o la haría otra vez nueva.

--El hereje retrata un momento y unos personajes cruciales para la historia. Le propongo trasladar esta trama a la actualidad. ¿Qué institución sería actualmente la Inquisición y quién sería hoy Cipriano Salcedo?

--Prefiero pensar que la historia no se repite y que algo aprendemos de los errores del pasado.

--Llevamos ocho años de nuevo milenio. ¿Qué impresión tiene de este mundo que está creando el hombre? ¿Qué cree que escribirá en su diario su nieto menor cuando tenga la edad que usted tiene hoy?

--No me gusta como va el mundo. Me dan lástima mis nietos, demasiado sensibles.

--¿Qué relación mantiene con la actualidad pública? ¿Permanece informado, sigue las noticias, ve la tele, lee periódicos?

--Informado, sí. Veo la tele, leo los periódicos y sigo las tertulias... Me entretienen.

--¿Y con la literatura cómo se lleva? ¿Lee mucho actualmente? ¿Qué títulos, géneros, autores o novedades recientes le interesan actualmente?

--Esta es la guinda de la tarta. Me falta vista. He tardado más de un mes en leer un libro de 500 páginas. Me temo que es una actividad a la que también tendré que renunciar.