Sin producción no existe el cine porque no deja de ser una industria. Lo nuestro es un proceso de creación pero hay que saber adaptarse... Si en la primera página de mi guión, sitúo la acción en la estación espacial de Zaragoza, la película no se hará". Así de contundente se mostró ayer la directora de cine Gracia Querejeta durante la mesa redonda El cine como relato de vida y ficciones, que se celebró en el Aula Magna del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. A Querejeta le acompañaron Emma Cohen, José Luis García Sánchez y la profesora Amparo Martínez Herranz.

"MEJORES ESPECTADORES" García Sánchez reclamó la necesidad de "mejores espectadores" ya que recordó que con el cine la gente ya lo tiene todo hecho, se sienta y ve la película por lo que rememoró como antiguamente, el espectador "hasta increpaba a los actores que aparecían en pantalla". Pero, para ello, lo que se ve en la película tiene que ser verosímil "que no es lo mismo que verdad", explicó Gracia Querejeta: "A veces muchas escenas que se dan en la realidad, en el cine no son creíbles para el espectador", indicó la directora que también señaló que no sabe la solución a este problema: "Lo único que se me ocurre es aplicar el sentido común y que tenga coherencia con el tema y el género de la película". En ese sentido, señaló, "la comedia ofrece muchas más posibilidades que el drama donde hay que mentir para que parezca real. Solo conozco un caso en el que el autor ha creado un universo propio en el que todo puede pasar y se le permite todo, Pedro Almodóvar".

Emma Cohen, por su parte, hizo un repaso a la ficción en el cortometraje: "Contar en corto permite transgredir normas, eludir grandes gastos y mucha libertad creativa", dijo antes de concluir: "¡Contar en corto!".

En cuanto al estado actual del cine, Gracia Querejeta aseguró que "el cine está en mano de las televisiones y ellas lo que buscan son comedias...que, en realidad, no son ni cine, son precine". Algo que también denunció García Sánchez: "Fuga de cerebros, por ejemplo, es de juzgado de guardia, se ríen de los bizcos, de los minusválidos... y como esa cada vez hay más". Lo que, a su juicio, está provocando una carencia actoral importante: "Está provocando que se pierda el registro de comedia en toda una generación, los convierten en contadores de chistes, en monologuistas...". Con respecto a la petición de Borau de reconocer el guión como género, Cohen discrepa: "El guión es una obra incompleta hasta que no se convierte en imágenes".