El hip-hop popular de The Streets, el soul de Plan B y las melodías de radiofórmula de Julieta Venegas protagonizaron ayer la puesta en escena más comercial del Festival Internacional de Benicàssim (FIB), que ya desde primeras horas de la tarde recuperó la afluencia de sus mejores ediciones. En esta decimoséptima edición, la organización ha renovado su apuesta por las grandes bandas --reservadas en su mayoría para el fin de semana--, y espera recibir a más de 40.000 personas al día en un recinto de 130.000 metros cuadrados con cuatro escenarios. Después del susto provocado por las fuertes rachas de viento registradas el miércoles, que no ocasionó ningún daño pero inundó las redes sociales de mensajes apocalípticos en recuerdo de la difícil situación que se vivió en 2009 por estas misma causa, el calor ha vuelto a ser el inevitable protagonista del festival.

Los fibers, en absoluta mayoría anglosajona, ya han dado su pistoletazo de salida para un maratón de cuatro días equipados con el atuendo oficial de esta carrera de verano: gorro, bermudas, zapatillas de deporte y gafas de sol estilo retro; la camiseta es una prenda inusual. Muchos de ellos llevan en Benicássim desde el pasado lunes, día en el que abrió sus puertas la zona de acampada de más de 150.000 metros cuadrados, y con su presencia triplican la población de este municipio castellonense, donde generan un impacto cercano a los 18 millones de euros.

La Policía Local, la Guardia Civil y la Cruz Roja han preparado un dispositivo especial de seguridad con más de 800 efectivos distribuidos por el municipio y las proximidades del recinto, que ofrece un constante trasiego de jóvenes con tiendas de campaña y alimentos dirigiéndose hacia las zonas de acampada.

El FIB pretende este año recuperar la cuota de público perdida en 2010 por el bajón artístico del cartel y sanar su prestigio.