Posiblemente sea por la generosidad que la caracteriza o pensando en allanar el camino para casarse con su adorado Alfonso Díez, el caso es que la duquesa de Alba ha decidido repartir en vida la herencia entre sus seis hijos. El pasado 4 de julio, de forma inesperada y sin que nadie se lo esperara (ni siquiera hubo una filtración en los medios), Cayetana, de 85 años, repartió su legado entre sus vástagos mediante una donación escriturada ante un notario de Madrid, a través de la cual Carlos, Jacobo, Alfonso, Fernando, Cayetano y Eugenia pasan a ser titulares registrales de sus bienes. Sin embargo, la duquesa se reserva el derecho a seguir administrándolos todos hasta que fallezca.

Con esta decisión, Cayetana deja a sus hijos sin el principal argumento que esgrimían para oponerse a su boda con el funcionario, de 60 años: las consecuencias que podría tener sobre el patrimonio de la Fundación de la Casa de Alba.

Recientemente, Cayetano Martínez de Irujo declaró que su madre podía salir con Alfonso sin problemas pero en ningún caso casarse "por una cuestión de responsabilidad histórica. Ella se compone de dos personas: la duquesa y Cayetana". La pregunta es si una vez asegurada la herencia cambiarán de opinión. Desde luego, Cayetana les ha tomado la delantera a sus hijos repartiendo la herencia antes de lo que pueda pasar. Al menos, de momento...