Violines, violonchelos, clarinetes, un arpa, trompetas, tambores y timbales son algunos de los instrumentos que envolvieron ayer la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza y que tocaron los músicos de la JONDE (Joven Orquesta Nacional De España). Estos días de ensayo preceden a dos citas en los que, los 80 jóvenes del encuentro sinfónico, ofrecen dos conciertos, los días 12 y 13 de enero.

Pero hasta que llegue este próximo sábado, en el que tocarán piezas de Beethoven, Marqués y Fauré, los intérpretes trabajaban ayer con dedicación . En la cita del día 13, la arpista Esther Piñol, producirá el sonido suave a obras como La soirée dans Grenade, de Debussy.

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Para Piñol, formar parte de esta orquesta le otorga retroalimentación en su labor: "Aquí trabajas con diferentes maestros y en el encuentro de Zaragoza he hecho parciales con la sección de viento madera, en los que a mis compañeros les han hecho comentarios técnicos que, para el arpa, también me han servido".

José Luis Turina, director artístico de la orquesta, añade cómo esta experiencia ayuda a la preparación de los jóvenes: "Su espíritu es proporcionar a los jóvenes músicos una formación que, por la envergadura del repertorio, la ambición de la programación y lo que supone estar en una orquesta nacional les otorga un bagaje".

En estos encuentros los jóvenes músicos--cuyas edades van desde los 18 a los 23 años--pueden trabajar en dos modalidades, sinfónicos, como este, y de cámara, más reducidos.

Cada uno de los músicos viene de una punta de España, aunque también hay representación aragonesa con la violinista Elena Nuño, la percusionista Actea Jiménez y la clarinetista Ana María Pallarés. El percusionista Igor Aróstegui viene desde Tolosa (Guipúzcoa): "Para cualquier músico es importante pasar por esta experiencia, tanto académica como para saber lo que es la vida profesional". Y confiesa el lado más positivo de formar parte de la orquesta: "Somos gente joven y con ganas de hacerlo bien, se junta una energía positiva y agradable para trabajar".

En esta energía positiva también se engancha el gallego Manuel Dávila. El músico, que interpreta la trompeta, habla de una de las piezas en las que participa, la Sinfonía número 3 en Sí menor de Pedro Miguel Marqués: "Esta obra pertenece al repertorio español del romanticismo, que no está muy explorado. Interpreto a la primera trompeta, lo que me parece más interesante".