"Los espectáculos no son ni buenos ni malos, sino entretenidos o aburridos y este es para divertirse". Así resumió Juan Arnau, promotor del Monegros desert, la decimonovena edición del festival, que concluyó ayer pasada la una del mediodía por todo lo alto. Alrededor de 38.000 personas --6.000 menos que en 2012-- provenientes de más de 60 países bailaron sin descanso durante más de 20 horas a ritmo de música electrónica y hip-hop. En esta edición ha destacado el aumento del público extranjero. Cerca del 30% de los asistentes procedían de otros países, fundamentalmente franceses e italianos y, en menor medida, ingleses. Este era "uno de los objetivos que me marqué el pasado año", reconoció Arnau y "lo hemos conseguido", explicó con satisfacción.

El plato fuerte lo protagonizaron los neoyorquinos Public Enemy, cabezas de cartel de esta edición, que con sus temas de rap levantaron los ánimos de todo el recinto. La actuación de este grupo, que este año cumple su vigesimoquinto aniversario, supone un hito para la historia del festival ya que se trata de uno de las bandas raperas más importantes de la historia. Un poco antes, había sido la banda británica Underworld live quién también había despertado la admiración de sus miles de fans. Ambos eran los principales grupos de esta edición del Monegros.

Si bien fue una noche única con artistas únicos, también tuvieron su espacio los habituales de Florida 135, como Lea Dobricic, Toni Varga o De la swing, quien aseguró: . "Esta edición tiene unas novedades que me han gustado bastante como el Bridges for music", reconoció este último, iniciativa que busca llevar la música a países subdesarrollados. "Es el tercer año que vengo y cada vez es mejor", señaló DJ Varga, quien además destacó que "en la pasada edición se empezaron a introducir una serie de performances y en esta ocasión se ha conseguido una gran calidad en los espectáculos".

Y es que el calificativo para Monegros desert es el de espectacular, tanto por el sonido electrónico y de rap, como por la puesta en escena, ya que compañías como La Fura del Baus o Els Comediants pusieron el punto de fantasía a la noche en el desierto fragatino. Por ello, DesArt, la iniciativa puesta en marcha el pasado año para llevar al festival las actuaciones de algunas de las compañías teatrales más relevantes del panorama nacional, como las ya citadas, obtuvo un éxito rotundo.

La buena temperatura nocturna, salvo la ola de calor a primera hora de la tarde, provocó que decenas de miles de jóvenes gozaran con la presencia de sus ídolos musicales en un encuentro que contó con más de 60 artistas invitados que procedían de todas las partes del globo.

TOP MUNDIAL

Los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer muy de cerca a la banda británica más puntera del estilo drum&bass, que actualmente está triunfando en múltiples países. Nero llevó a cabo un live en el que demostró su merecido puesto en el top ten mundial de la música bass.

Por otra parte, Justice aportó un punto exuberante al festival. La actuación del dúo galo de música electrónica compuesto por Gaspard Augé y Xavier de Rosnay dieron lo mejor de si mismos en el escenario del Burn main stage, el principal de los cuatro dispuestos y dedicado a la electrónica.

El electro destructivo y vigorizante del dúo italiano The Bloody Beetroots puso patas arriba al público del main stage. La pareja formada por Sir Bob Rifo Cornelio y Tommy Tea llenó de sonidos electrizantes el festival, mostrando las últimas tendencias a medio camino entre la electrónica y el rock. Por su parte, el francés Arbez impresionó al público con su show WVTZR, un conjunto de luces en sincronía diseñada por una agencia de diseño. Todo al servicio de Vitalic.

La nota de color comenzó en plena noche, desde las 4.30 y hasta el cierre del festival en el escenario de Elrow stage, que acogió un alucinante espectáculo a través del Rowshow Psychedelic Trip, en el que Elrow y Luciano hicieron vivir al público un viaje psicodélico singular.