De entre las múltiples personalidades que aparecen en La desventura de la libertad (La esfera de los libros), el último libro del escritor y periodista Pedro J. Ramírez, su autor puso el énfasis en tres. Se trata del que fuera magistrado del Tribunal Supremo en el primer cuarto del siglo XIX y posteriormente ministro, José María Calatrava; del duque de Angulema, "el jefe del ejército invasor", es decir, de los franceses. Y por último, el que adquiere un mayor protagonismo, el criticado rey Fernando VII.

"No hay referencias a la historia en este libro", se apresuró a decir, para después matizar que "a veces la historia se ve en el espejo". Pedro J. Ramírez, durante su visita de ayer a la Feria del Libro de Zaragoza escribe una novela que pese a su extensión abarca un corto pero intenso --más de 1.000-- periodo de tiempo. La novela reconstruye los hechos acaecidos desde mayo de 1823 a septiembre de ese mismo año, periodo en el que el último gobierno del Trienio Liberal se derrumbó por las traiciones de diversos actores.

Para el periodista, La desventura de la libertad "es el preludio de la guerra civil" que vendría unos años después, en referencia al levantamiento carlista. En este sentido, "ya nos gustaba matarnos", comentó en tono irónico obteniendo numerosas risas a modo de respuesta por parte del público asistente.

TRAICIÓN A su juicio, Fernando VII "no era nada tonto". Al contrario, "fue un hombre extremadamente calculador y listo" porque "para él, engañar era casi como una necesidad fisiológica". De hecho, llegó a traicionar a "sus padres, hermanos, al propio Napoleón, a los absolutistas, a los liberales..."

El fin del Trienio Liberal y del periodo constitucional viene ligado a la actuación de los Cien Mil Hijos de San Luis, el ejército francés a cuyo mando se encontraba el duque de Angulema. Pedro J. Ramírez resumió la intervención de dicho contigente en un eslógan: "Frente al enemigo común, monarcas, uníos".

ZARAGOZA, PRESENTE También tuvo palabras para el papel jugado por Zaragoza, ciudad que "resistió heroicamente en 1808 y que, sin embargo, en 1923 se le abrieron las puertas de par en par a los franceses". No fue la única ciudad que sucumbió al poder galo. La mayoría de ellas cesaron en su lucha, con la excepciones de Sevilla y Cádiz, que también terminaron por ser finalmente derrotadas, como recordó el autor.

Avanzando en la novela, en el último episodio de este periodo constitucional, "el rey les dice a los miembros de su Gobierno que se va con los franceses", desveló el periodista. "¡Y a ver quién le dice que no!", exclamó con decisión.

La desventura de la libertad recoge, en cierta medida, la actitud de un monarca. En este sentido, y regresando la actualidad política, "no parece positiva" la abdicación de Juan Carlos I, según informa en una entrevista a Efe. Los motivos se encuentran en que no cree "que la mera sustitución de un rey anciano por uno joven resuelva ningún problema de fondo de los que tenemos". Siguiendo con el argumento, y haciendo un juego de palabras con el título de su obra, Pedro J. Ramírez apuntó que "las reformas a tiempo pueden evitar que las nuevas generaciones vuelvan a sufrir las desventuras de la libertad" .